Aplicar cubitos de hielo sobre el rostro le entrega grandes beneficios a tu piel, especialmente si lo haces todas las noches antes de dormir.
Según los expertos, adquirir este hábito te permitirá lucir un rostro joven y una piel hermosa sin invertir un solo peso. ¡Descubre sus bondades!
-El hielo humecta y tonifica, ayudándote a desvanecer y prevenir líneas de expresión.
-Contribuye a erradicar granitos, puntos negros e infecciones dérmicas.
-El hielo mejora la apariencia de tu piel al disminuir los poros abiertos y humectarla.
-El hielo también mejora el flujo sanguíneo en el cutis y le da un brillo natural.
-Alivia las hinchazones, inflamaciones y bolsas que aparecen debajo de los ojos.
-Refresca el rostro especialmente en días de mucho calor.
-Y ya que la aplicación de cubitos de hielo reduce los poros dilatados, también es muy útil para disfrutar de una piel más suave, a la vez que ayuda a tensar el cutis, reducir la suciedad y eliminar el exceso de grasa. Es decir, le brinda un aspecto mucho más puro a la piel.
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Modo de aplicación:
-En primer lugar es fundamental que, antes de comenzar a aplicarte los cubitos de hielo sobre la piel, te hagas una limpieza de cutis a fondo. Para ello, lávate el rostro con jabón neutro, aplícate algún exfoliante y luego enjuaga con agua tibia.
-Ahora envuelve uno o dos cubitos de hielo en un paño de algodón y, apenas el paño se vuelva húmedo, llévalo al rostro y aplícalo sobre la piel. Lo más recomendable es tratar de mantenerte en cada zona del rostro durante al menos dos minutos para que el frío actúe mejor. Realiza masajes circulares.
-Una vez que hayas finalizado, sécate con un paño de algodón seco y termina aplicando tu crema hidratante habitual.
Aunque es necesario recurrir a esta técnica varias veces para poder aprovechar al máximo sus beneficios, el tratamiento ofrece resultados visibles desde la primera aplicación.