A Pablo Vargas lo conocimos como uno de los jóvenes participantes de la competencia de baile del programa «Rojo», en 2003. Sin embargo, actualmente disfruta de una vida alejada de la TV.
En entrevista con La Cuarta, habló de su vida actual, después de estudiar periodismo.
Vargas ahora trabaja como periodista de un proyecto educativo, donde ha podido seguir su pasión por el baile como coach. El bailarín trabaja en la Escuela de Talentos para el Mundo en La Araucanía.
«La idea es recuperar y motivar la educación desde las artes y lo importante es que abordamos colegios en riesgo social», explicó.
Si es que quisiera volver a la TV como comunicador, Vargas fue honesto al decir: «Soy súper feliz de no estar ahí. No reniego de mi pasado, pero actualmente está complicado el mensaje que se entrega, no sé si me identifica tanto».
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El bailarín también habló sobre la crisis actual que se vive en Chile. «En la casa donde vivo ahora, a los 11 años dejé una olla abollada, ahora la volví a utilizar. Fui a manifestarme por mi papá, que murió por la salud pública el año pasado; por mi mamá, que también está en lista de espera, y por toda la gente que no tiene condiciones dignas», expresó.
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Recordemos que Vargas tiene una faceta muy opinante en Twitter. «Siempre he sido así, opinante. Antes me decían palabrudo o falta de respeto, pero nunca he sido de esa forma», aclaró.
Además, se refirió a la amenazas que rondan por las redes sociales a quienes opinan diferente. «Nunca le he tenido miedo a nadie, solamente al poder mal utilizado. Hoy el miedo es más por las amenazas en la plataforma, es el caso de Pancho Saavedra, por ejemplo, pero siempre es pura gente sin foto», concluyó el ganador del segundo lugar de la primera temporada de «Rojo».