Tan relevante como maquillarse antes de salir, debe ser la rutina opuesta al regresar a la casa.
Y aunque parece un descuido más bien inofensivo, lo cierto es que no quitarse el maquillaje puede ocasionar diversas consecuencias. Entre ellas, la obstrucción de los poros, la aparición de manchas y la pérdida de luminosidad en el rostro.
Además, influye en el deterioro cutáneo a largo plazo y en la aparición de signos prematuros de la edad. Si quieres evitar sufrir de estas molestias, aquí te contamos cuál es la forma correcta en que debes desmaquillarte cada noche antes de dormir.
- Enjuaga con agua fría y jabón neutro: Un lavado rápido con agua fría y jabón neutro es clave para eliminar todas las impurezas que se adhieren en la piel. Eso sí, evita el agua caliente, pues tiende a alterar la producción natural de aceites y puede causar resequedad.
- Usa toallitas desmaquillantes: Son una buena alternativa para aquellas que tienen la piel sensible o con tendencia grasosa. Su objetivo es retirar los restos de cosméticos y el exceso de sebo que se va quedando acumulado en los poros.
- Vaselina para los ojos: El rímel y delineador suelen ser productos de larga duración que no se eliminan con facilidad con el enjuague. Por lo tanto, para quitarlos en segundos, unta tu dedo índice con un poco de vaselina y frótalo sobre los ojos. Luego, retira los excesos con un paño suave. Este producto no solo quitará los cosméticos, sino que le proporcionará humedad natural a las pestañas y potenciará su crecimiento.
- Aceite de almendras: Es una fuente natural de vitamina E y ácidos grasos esenciales. Por lo mismo, muchas mujeres lo han convertido en su removedor de maquillaje habitual, ya que su textura oleosa facilita la eliminación de los productos, sin causar agresiones o irritación a la piel. Su ventaja, sobre otro tipo de aceites, es que no le causa obstrucción a los poros ni altera la función de las glándulas sebáceas. Basta con aplicar unas cuantas gotas sobre las áreas que deseemos desmaquillar y removerlo con un paño suave.
- Desmaquilla los labios: Aunque ya no se note el labial o bálsamo, es importante limpiar los labios al momento de desmaquillar. Pon un poco de aceite o crema limpiadora en un algodón y frótalo con cuidado desde la comisura hasta el interior.
- Utiliza aceite de coco: Además de remover los cosméticos, este producto tiene la virtud de hidratar y proteger frente a las arrugas. Aplícalo sobre la zona de los ojos y en las partes más secas del rostro, frótalo con suaves masajes y asegúrate de que absorba bien. Por último, antes de que se seque por completo, limpia las impurezas con un paño de algodón.
- Usa tónico hidratante: Tras retirar los cosméticos, es conveniente usar un tónico facial hidratante para sellar los poros y refrescar la piel. Este producto prepara el rostro para el descanso, y disminuye el riesgo de la irrupción de acné y puntos negros.