Lo ideal es consumir alimentos que sean altos en colágeno, esa es la clave para una dieta antienvejecimiento.
Además de mejorar el aspecto de la piel, ayuda a cuidar los huesos y a prevenir los signos del envejecimiento.
Cuando una mira a una persona a la cara, se puede saber el tipo de alimentación que lleva. Una piel seca y deshidratada, la falta de elasticidad, la palidez, el exceso de grasa… Todo son factores estrechamente relacionados con nuestra alimentación.
El colágeno juega un papel fundamental en nuestra salud; ya que se trata de una proteína del organismo que forma parte del tejido conectivo, siendo parte de fibras resistentes y flexibles de las articulaciones, huesos, piel, músculos, tendones, etcétera; y que proporciona elasticidad a nuestra piel previniendo la flacidez y las arrugas.
A medida que cumplimos años, su síntesis va disminuyendo poco a poco, por lo que es tan importante no descuidar los alimentos que nos aportan esta proteína de forma natural.
Alimentos ricos en colágeno
Según la experta en nutrición y colaboradora de ¡Hola!, Marta Lorenzo, para conseguir una correcta y alta formación de colágeno en el organismo, lo más importante es aportar nutrientes que participen en su formación:
- Alimentos ricos en vitamina C. Fresas, kiwi, limón, naranja, pomelo, melocotón, guayaba, grosellas… Son muy ricos en esta vitamina, la cual está relacionada con la formación de colágeno.
- Aminoácidos. Se definen como compuestos que forman las proteínas y tienen un papel fundamental en la formación de colágeno junto con la vitamina C. De hecho, la combinación de ambos hace que sea más efectivo. Los aminoácidos más relevantes son la lisina y la prolina. La primera la podemos encontrar tanto en alimentos de origen animal (la carne magra, pescados o lácteos) como en el reino vegetal (legumbres). La prolina es el aminoácido fundamental de la clara de huevo.
- Alimentos ricos en azufre. Este es un mineral muy relacionado con las enfermedades de la piel e interviene también directamente en la formación de colágeno. Es imprescindible para el organismo y por ello no debe faltar en la alimentación. Se encuentra en alimentos como el apio, el ajo y la cebolla. Los dos últimos son fáciles de añadir a cualquier comida y se consideran claves en guisos o platos de la dieta mediterránea, que es considerada una de las más saludables del mundo.
- Antioxidante. Podemos destacar el licopeno como el fitoquímico más relacionado con el colágeno, por su papel protector en la degradación del colágeno. Este antioxidante es el que proporciona el color rojo a alimentos como, por ejemplo, la remolacha, el tomate, las frambuesas o moras.
Siempre tendremos la opción de la suplementación de colágeno en los casos en los que ya sea por genética, por exceso de ejercicio o por problemas de absorción, no consigamos los resultados esperados», apunta la nutricionista Marta Lorenzo.
Fuente: RevistaHola!