No cabe duda de que cuando se es padre, una de las cosas que más nos sacan de quicio o nos agotan es el desorden que provocan nuestros hijos después de jugar.
Pero según una investigación, este desorden puede ayudar a tu hijo a largo plazo. Primero porque existen varios estudios que relacionan el caos que hacen los niños al experimentar con sus sentidos y su desarrollo cognitivo.
En esta etapa de desarrollo, su creatividad se dispara. Por eso es ideal incentivarlos cuando son más pequeños, ya que cuando se es adulto puede ser un poco más complejo el desarrollo cognitivo y creativo.
El estudio que se hizo en la Universidad de Iowa, Estados Unidos, en el que participaron 72 bebés de 16 meses de edad, quiso analizar la relación del aprendizaje de palabras de los bebés con el juego y el desorden.
La investigación
Los investigadores, liderados por Larissa Samuelson, crearon un entorno familiar para los menores: una silla alta para comer.
¿Por qué? De acuerdo a conocimientos previos, los niños de esas edad están «acostumbrados a ver cosas no sólidas en ese contexto, cuando están comiendo. Y, si los expones a eso cuando están en una silla alta, lo hacen mejor. Están familiarizados con la configuración, y eso les ayuda a recordar y a usar lo que ya saben sobre los no sólidos».
En la silla, los investigadores le ofrecen a los pequeños varios alimentos no sólidos (papillas, jugos, sopas) y se los presentan con nombre inventados como ‘fax’ o ‘kiv’. Ahí, dejan a los bebés jugar con ellos, tocarlos, sentirlos, comerlos e incluso que los tiren al suelo para que logren comprenden en su totalidad qué es y que puedan asociarlos a los nombres inventados.
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Después de un minuto, los investigadores ofrecen los mismo alimentos a los bebés, pero en una presentación, cantidad o forma distinta, para ver si podían identificarla con el nombre inventado correcto.
Resultados
En el estudio se concluyó que los pequeños que más se ensuciaron e interactuaron con la comida, lograban asociar mejor los alimentos con los nombres dados. “Resulta que estar en una silla alta hace que sea más probable que un niño se ensucie, porque ellos saben que pueden ensuciarse allí”, explicó Samuelson.
De esto concluyeron que la mezcla del comportamiento, el entorno y la exploración de los niños es lo que ayuda a que adquieran un vocabulario temprano.
Esto está relacionado a un mejor desarrollo y funcionamiento cognitivo. “Puede parecer que su hijo está jugando en la silla alta, tirando cosas al suelo, y puede que realmente esté haciendo eso, pero también está obteniendo información de esas acciones (…) Resulta que puede usar esos datos más tarde, como la que ya tiene asociada a la silla alta con la comida. Jugar con los alimentos realmente ayudó a los niños del estudio a aprender mejor los nombres».
Así que cuando piensen en limpiar el desorden, quizás es mejor para tu bebé a la larga que ‘experimente’ su desorden.