¡Como estas leyendo! Al parecer lo que hacíamos de pequeño (y lo que muchos siguen haciendo de grandes) de hurgarse la nariz, sería beneficioso para nuestra salud, especialmente para nuestro sistema inmunológico.
Según el profesor de la facultad de Bioquímica de la Universidad de Saskatchewan, en Canadá, Scott Napper, la razón de por qué los mocos se sienten ‘sabrosos’ sería una forma de animar a las personas a comérselos.
«Tengo dos hijas preciosas y pasan una cantidad de tiempo increíble con el dedo metido en la nariz. Desde una perspectiva evolutiva, nos hemos desarrollado en condiciones de mucha suciedad y quizás ese deseo de mantener estériles nuestro entorno y nuestra higiene no nos hagan ningún favor», explicó el académico al medio CBC.
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Y no solo él lo piensa. De hecho, una dermatóloga estadounidense, Meg Lemon, en entrevista con The New York Times también apoyó la hipótesis de Napper.
“No solo deberíamos hurgarnos los mocos de la nariz, sino también comérnoslos. El sistema inmunitario necesita trabajo, hemos evolucionado durante millones de años con el sistema inmunitario bajo continuas amenazas y ahora no tienen nada que hacer”, dijo la doctora, lo que se relacionaría a la idea de la medicina de que exponerse a las bacterias ayudaría a fortalecer el sistema inmunológico, sobretodo en los niños.
¿Una pasta de diente de mocos?
En un estudio de 2018 publicado en la «American Society for Microbiology» (coescrito por Napper) se llegó a una conclusión mucho más extrema: los mocos podrían prevenir que las bacterias se adhieran a los dientes.
Por eso es que en el estudio, los académicos sugieren crear una pasta de dientes de mocos. ¿La usarían?