Un piloto de guerra decidió desafiar la gravedad en pleno vuelo, sirviéndose un vaso de agua mientras manejaba en vuelo parabólico en un Boeing 727-200.
En las imágenes queda registrado que el líquido no se derramó nunca, ni cuando comenzó a servirse, ni cuando el hombre realizó algunas piruetas en el aire. Todo esto se debe al efecto de la fuerza centrípeta, que logra mantener el agua estable en el centro del vaso.
¡Impresionante!
https://youtu.be/SN_EuX_HhDM