- No lo toques: Lo único que consigues tocándolo a cada rato es ensuciarlo y mucho. Aunque no lo veas, tus manos están plagadas de bacterias y de suciedad, y todo eso va a parar a tu pelo.
- Peina de medios a puntas: Debes peinar de medios a puntas para que la grasa del cuerpo cabelludo no se extienda por todo el pelo. Además, los cepillados constantes y excesivos pueden provocar la activación del sebo del cuero cabelludo.
- Enguaja bien: Dedica varios minutos a aclarar el pelo después de lavarlo para que no quede ningún residuo de champú. ¡Importante! Hazlo con agua templada o fría para que se cierren las cutículas de la fibra capilar.
- Limpia tus herramientas: Es fundamental para mantener el pelo limpio que tu cepillo, planchas y demás utensilios estén desinfectados. Puedes hacerlo con agua y alcohol, usando un algodón en el caso de las planchas y tenacillas.
- Usa agua mineral o hervida: Sin duda no es lo más práctico ni económico, pero si puedes aclarar tu pelo con agua mineral o hervida (ya que no tienen ni cloro ni cal), aunque sea una vez por semana, conseguirás controlar el exceso de sebo y potenciar la regeneración celular.
- El truco del secador: Si intercalas golpes de aire frío en tu secado habitual, tu cabello no solo tendrá más volumen, sino que también se mantendrá limpio durante más tiempo.
- Alimentos que debes evitar: Los alimentos grasos activan la producción de sebo en el cuero cabelludo así que ya tienes otra razón para dejar de lado el consumo de esos productos y también el azúcar, ya que minimiza la vitamina E, encargada de que el pelo crezca sano.