Ducharse no es tarea complicada y parece más bien lógica. Sin embargo, es posible que lo hagas de la manera incorrecta y estés dañando inadvertidamente tu piel.
Revisa aquí los 7 errores comunes que la gente comete mientras está en la ducha:
- Fregarse con demasiada fuerza: Fregarse muy fuerte con una esponja o un paño puede arruinar la capa protectora natural de la piel, haciéndola más propensa a la irritación.
- Ducharse en agua caliente humeante: Si bien puede ser placentero y relajante, especialmente al final de un largo día, ducharse en agua caliente humeante perjudica la piel. Por lo tanto, para evitar que tu cutis se reseque e irrite, dúchate en agua tibia, a una temperatura corporal (o ligeramente inferior o superior).
- Permanecer demasiado tiempo en la ducha: Las duchas largas pueden privar a la piel de su barrera protectora natural, volviéndola seca y escamosa. Es mejor limitar el tiempo de la ducha a 10 minutos o menos.
- No hidratar tu piel: La hidratación debe ser parte de tu rutina después de la ducha. Debes aplicar una crema hidratante justo después de terminar de ducharte, para asegurar eficazmente la humedad y mantener la piel suave.
- Frotarse la piel con una toalla: Frotar la piel con una toalla después de salir de la ducha es una de las cosas que puede causar irritación. En lugar de frotar, es mejor secar suavemente con la toalla o dando palmaditas.
- Usar champú todos los días: El sebo es una sustancia grasa que es secretada por las glándulas sebáceas (aceite) y protege a tu piel de los irritantes ambientales. Por lo tanto, si te lavas el cabello con champú todos los días, el cuero cabelludo empezará a secarse y volverse escamoso, a la vez que el pelo se engrasará más rápidamente. Lo ideal es lavarlo con champú cada dos días.