¡Sabemos que en gustos no hay nada escrito y que tipos de hombres hay para todas las mujeres! Pero debemos confesar que hay ciertas actitudes que tienen los hombres que simplemente nos atraen.
Por eso la revista Glamour publicó un listado con las cualidades masculinas que más atraen a las mujeres.
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Verlos al volante
Un acto cotidiano como conducir un auto puede ser un gesto muy atractivo, pues tener el control del camino, concentrado y atento al volante, resulta ser tan varonil como cuando está al mando en el ritual sexual.
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Dominar un instrumento musical
El rockstar es la fantasía de casi todas, así que si entre sus talentos está el de saber tocar un instrumento o ser un músico en todo su esplendor, no queda más que admirarlo cual estrella inalcanzable y ensimismado en la afición, imaginando ser sus musas.
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El intelecto
Que un hombre converse acerca de arte, literatura o cualquier tema de verdadero interés sin alardear de sus conocimientos, lo vuelve un objeto del deseo indiscutiblemente.
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Acento extranjero
Este es otro de los detalles que a muchas nos cautivan, pues resulta seductor platicar con un hombre de otra nacionalidad cuyo acento y vocabulario es diferente al nuestro, invitándonos a querer descubrir más sobre su mundo.
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Que cocinen
El rito culinario puede ser comparable con el que realizamos en el sexo, y si el hombre que nos fascina lo ejecuta tan bien en la cocina, al probar y mezclar con singular entereza, es una muestra de lo que nos hará en la cama.
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Que vistan uniforme
Un fetiche del que nadie puede negarse. Generalmente, los atuendos de quienes guardan el orden o salvan vidas son los más excitantes; bomberos, médicos, guardias… Son incontables los juegos que estas viriles armaduras incitan a experimentar.
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Unos bíceps bien torneados
Aunque un cuerpo masculino bien tonificado es del gusto de todas, hay una parte en especial con la que las encuestadas estuvieron de acuerdo: los bíceps naturalmente torneados les significó, además de atractivos, un aspecto saludable y que proyecta fuerza para satisfacer esa inevitable necesidad de protección.