El secreto de una piel perfecta no reside únicamente en comprar la crema adecuada, sino también en aplicarla de tal forma que extraiga sus propiedades al máximo. Conoce estos trucos para que tus cremas funcionen hasta diez veces mejor.
- Exfoliación: Eliminar células muertas e impurezas de la piel es absolutamente necesario y muy beneficioso a la hora de aplicar tratamientos. Por lo tanto, si incorporas la exfoliación a tu rutina (diaria, si la exfoliación es suave o semanal, si es más agresiva), las cremas penetrarán más profundamente en la piel.
- El estado perfecto: La piel húmeda y recién lavada absorberá mejor los activos de tus cremas, ya que actuará a modo de esponja. Eso sí, es importante lavarla con agua templada en vez de fría, para así recibir los tratamientos con los vasos sanguíneos y los poros dilatados para una mejor absorción. Según especialistas, en este estado la piel absorberá hasta diez veces más el producto.
- El orden correcto: Al menos en cosmética, el orden de aplicación es importante pues, según la densidad de cada tratamiento, podría no dejar penetrar al siguiente producto en la piel. El orden para un correcto ritual de belleza es el siguiente:
- Limpiador en gel, crema o aceite, pero siempre con aclarado.
- Tónico para equilibrar el pH de la piel y eliminar impurezas. Mejor si es sin alcohol.
- Serum, según las necesidades específicas de la piel. Se aplica antes de la crema hidratante, porque sus moléculas son mucho más pequeñas y no crean barrera.
- Contorno de ojos. Ya que la piel del contorno de los ojos es mucho más fina que la del resto del rostro, los tratamientos para esta zona específica son también menos densos.
- Crema hidratante. Por su mayor densidad, la crema hidratante siempre debe ser el último tratamiento en aplicarse.
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- Combinaciones mágicas: Hay productos que están destinados a encontrarse, pues juntos funcionan mejor.
- Antioxidantes + crema solar = más protección. La crema solar no es infalible y por eso es importante aplicar una barrera extra de protección en tu piel en forma de antioxidantes. Si contienen vitamina C y E, mucho mejor.
- Limpiador para piel grasa + retinoide = bomba antiedad. Para que el retinol penetre profundamente en la piel, es importante eliminar cualquier exceso de sebo o aceites. Por eso, antes de aplicar un tratamiento con retinoides, se recomienda una limpieza en profundidad.
- Mascarilla de carbón + tratamiento antiacné = pureza. Las mascarillas de carbón son famosas por acabar con cualquier resto de toxinas, polución y sebo, a la vez que exfolian y suavizan la piel. Con los poros absolutamente limpios, los tratamientos antiacné tendrán una efectividad mayor.
- Ácido hialurónico + crema hidratante = nutrición máxima. El ácido hialurónico es capaz de atraer mil veces su peso en agua. Por eso, en combinación con una crema hidratante nutritiva, los beneficios de estos se multiplican por mil.
- Ojo con los biorritmos: Nuestro cuerpo y sus células siguen unos biorritmos diarios que es imprescindible conocer. Por ejemplo, los niveles de cortisol siempre son más altos por la mañana, por lo que se recomienda un tratamiento de efecto calmante; mientras que en la tarde la piel se encuentra en su punto de menos hidratación, por lo que es ideal aplicar una crema hidratante. Por la noche, en tanto, la regeneración de las células es 30 veces más rápida y por eso es que una crema nocturna con retinol será la mejor opción.