Si comienzas el día tomando una ducha energizante, le sumarías puntos si a eso le agregas un shot de agua fría o, mejor aún, si todo el baño lo haces con agua helada.
¡Descubre aquí todos los beneficios de esta práctica!
- Fortalece tu sistema inmunológico: El agua fría mejora la respuesta inmune porque el cuerpo, al tratar de calentarse, reacciona liberando más glóbulos blancos, que son células encargadas de proteger al organismo de infecciones, así como de eliminar bacterias, virus y desechos de los tejidos.
- Previene de la depresión: El baño frío activa el sistema nervioso simpático y aumenta el nivel de noradrenalina en el cerebro, neurotransmisor relacionado con la motivación y el estado de alerta, según un estudio de la Universidad de Virginia. Los investigadores agregan que esta descarga funciona como una especie de “suaves electroshocks” que envían a las terminaciones nerviosas del cerebro impulsos eléctricos, creando un efecto antidepresión.
- Favorece la pérdida de peso corporal: Cuando el cuerpo se somete a temperaturas frías, comienza a producir más energía para aumentar el calor, proceso que favorece la pérdida de peso.
- Mejora el rendimiento físico: Sumergirse en agua fría favorece la recuperación después de haber hecho ejercicio de alta intensidad. La inmersión inmediata tiene mejores efectos y aumenta el rendimiento hasta 79% si se toma una ducha helada después de tres horas. Este beneficio se debe al impacto de la presión hidrostática del agua en el cuerpo, lo cual disminuye o retarda las molestias como el dolor e inflamación muscular.
- Estimula la respiración: Si has tenido la oportunidad de darte un baño con agua fría, habrás notado que no solo tu corazón comienza a latir más rápido, sino que también eso te genera una fuerte exhalación. Esta acción ayuda a abrir los pulmones, a oxigenar más tu cuerpo y a sentirte con más energía.