Aunque muchas veces la opción más cómoda es recalentar comida en el microondas, ya sea en el trabajo, la universidad o incluso en la propia casa, es preferible que algunas verduras, proteínas y carbohidratos no pasen por este proceso. De lo contrario, pueden volverse muy perjudiciales para la salud.
- Espinaca: Al recalentar la espinaca se liberan los nitratos presentes en ella y, al igual que en la remolacha, se vuelven tóxicos. Incluso, pueden llegar a ser cancerígenos.
- Huevos: Al meterlos en el microondas afectarán tu sistema digestivo de inmediato. Lo seguro es que sientas retorcijones al consumir recalentadas estas proteínas, ya sean huevos revueltos, fritos o en sus demás versiones.
- Champiñones: Al igual que los huevos, pueden derivar en problemas digestivos y, de hecho, si es mucha cantidad de champiñones la que ingieres recalentados, puedes llegar a deshidratarte por la infección estomacal.
- Arroz: Según la Food Standards Agency, el arroz crudo contiene restos de bacterias capaces de resistir a la cocción. Por lo tanto, si se abandona a la temperatura del ambiente, o a las intermedias del microondas, las bacterias se pueden multiplicar y causar diarreas y vómitos, entre otros efectos. Además, las altas temperaturas son enemigas del arroz, ya que le quitan nutrientes y propiedades saludables.
- Pollo: Al recanlentarlo se modifican casi por completo sus proteínas y, especialmente si lo haces en el microondas, puede llegar a causar gastroenteritis en el corto plazo.
- Leche: Se pierden la mitad de los nutrientes y se elimina casi por completo la vitamina B12. Según la Food & Drug Administration, en caso de calentar una mamadera no es recomendable hacerlo en el microondas, ya que puede efectuarse de manera desigual y crear puntos calientes que pueden quemar al bebé.