Casi todos nos enfrentado alguna vez en la vida a alguien que nos cae mal en el trabajo. Incluso, podemos llegar al punto de que sin importar lo que haga o diga, nunca veremos a esa persona con buenos ojos.
Pero lo cierto es que estar odiar a un compañero, solo hace el trabajo más difícil. Y además consume mucha energía.
Si esa es tu situación actual con alguno de tus compañeros, o si te ha pasado y quieres evitar que ocurra de nuevo, aquí tienes los consejos de dos expertos que quizás te ayuden a llevar mejor la situación.
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Enfrenta el problema
El experto en relaciones laborales de la consultora ACAS (Advisory, Conciliation and Arbitration Service), Alex Newton, dice que muchas veces las personas que se llevan mal entre sí evitan hablarse directamente. Esta situación, hace que el ambiente laboral se enrarezca aún más.
«Hay gente capaz de desarrollar mecanismos que le ayudan a tolerar la presencia y convivencia con esa persona, pero raramente hace que la situación mejore y al final han pasado los años y sigues odiando a este compañero o compañera».
«Una conversación honesta con ese compañero que no te gusta puede solucionar el problema de un plumazo y a largo plazo», recomienda el experto.
Examina cuál es tu actitud
La manera en que nos vemos a nosotros mismos, no es necesariamente la misma que en la que nos ven los demás. «Mientras nosotros pensamos que somos encantadores, otros pueden percibirnos como alguien muy intimidante», explica la experta en desarrollo personal Jenny Bird.
Así que antes de ver los defectos en otros, recomienda Bird, tenemos que pensar qué imagen le damos a los demás y qué podemos estar haciendo mal para generar un sentimiento de rechazo por su parte.
Ponte en sus zapatos
«Haz preguntas y busca entender el punto de vista de la otra persona. Después, demuéstrales que entiendes su postura resumiendo lo que te acaban de decir. Esa es una herramienta muy poderosa para llegar a acuerdos», apunta Newton.
No se trata de ceder siempre, sino que es más bien hacerle ver a la otra persona que entiendes y valoras su punto de vista.
«Muchas veces la gente intenta convencer a los demás de que adopten sus argumentos, pero si muestras que escuchas y que estás dispuesto a entender el suyo, tendrán una conversación mucho más fructífera».
Sé realista y objetivo
Analiza la situación con la cabeza fría y ten en cuenta aspectos importantes que te harán más fácil la convivencia con esa persona en el trabajo. Aquí una lista de factores que debes tener en cuenta:
- Probablemente, el rechazo mutuo no es personal.
- La otra persona no te tiene que caerte bien ni tienen que ser amigos, simplemente tienen que aprender a trabajar juntos.
- Intenta no caer en prejuicios y abre la puerta a ideas distintas a la tuya y a otras formas de hacer las cosas.
- Sé tú mismo, mantén una actitud abierta y honesta sobre tus puntos fuertes y lo que aportas al ambiente de trabajo.
«Si haces todo eso, no solo mitigará ese sentimiento de rechazo hacia la otra persona, sino que también puede enseñarte a trabajar mejor en equipo y al final puede que hasta valores trabajar con esa persona», concluye Bird.
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