Igual que perder peso, mejorar el aspecto de la celulitis requiere de una combinación de elementos esenciales: alimentación sana, ejercicio regular, tratamientos y un buen descanso.
La celulitis es un tipo de grasa blanca que nuestro cuerpo no necesita y que se manifiesta en tres modalidades. Identifica la tuya para poder atacarla.
Celulitis dura
Es el tipo de celulitis que afecta fundamentalmente a mujeres jóvenes. La piel es dura al tacto y difícil de pellizcar con los dedos. Se encuentra principalmente en los muslos y los glúteos. Su apariencia es rugosa, con hoyuelos y a menudo presenta estrías.
Tratamiento: Para esta celulitis tan localizada se puede optar a tratamientos no invasivos, como la cavitación. Esta técnica elimina la grasa con ultrasonidos de baja frecuencia y cuenta con evidencia científica que demuestra su efectividad.
Celulitis blanda
En este tipo de celulitis la llamada piel de naranja se observa más claramente, siendo su consistencia gelatinosa y flácida. Empieza a aparecer en mujeres mayores de 35 años y suele afectar más partes del cuerpo como la panza, los brazos y la espalda.
Tratamiento: Existen varias técnicas invasivas como la liposucción, que requiere pasar por el quirófano para que la grasa sea aspirada del cuerpo, o la intralipoterapia, que consiste en infiltrar sustancias lipolíticas que deshacen la grasa directamente en el tejido adiposo. De esta forma, la grasa se transforma en líquido y se elimina de forma natural por el cuerpo. Las cremas reafirmantes, en tanto, ayudan a mejorar el aspecto y firmeza de la piel con este tipo de padecimiento.
Celulitis edematosa
Es la celulitis que además de piel de naranja presenta edema. Puede aparecer en mujeres de todas las edades, principalmente entre 20 y 40 años, y aunque es menos frecuente, es importante tratarla por la retención de líquidos. Se localiza principalmente en las extremidades inferiores, las que suelen hincharse y en las que se visibiliza fácilmente el aspecto de piel de naranja. Generalmente las piernas pierden la forma torneada y se vuelven gruesas y rectas.
Tratamiento: Por medio de drenaje linfático para eliminar la acumulación de líquidos o una lipoescultura, para extirpar la grasa de una vez. Además, se recomienda aumentar la práctica de ejercicios de cardio, ya que así mejorará la circulación sanguínea y, por lo tanto, se optimizará el funcionamiento del sistema linfático.