Sabemos que no hay recetas mágicas para hacer que una relación funcione ni mucho menos que una pareja sea feliz dentro de una relación.
Sin embargo, los expertos concuerdan en que hay una serie de factores que podemos tomar en cuenta para mejorar y sentirnos bien con nuestras parejas.
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Así lo publica la revista Cosmopolitan que comenta 10 errores muy comunes en una relación que debemos evitar:
Dejarte llevarte por la monotonía
El enamoramiento se vive siempre como algo maravilloso. Tienes una sonrisa permanente, no te molesta nada, todo es perfecto… «Pero la magia se esfuma y, poco a poco, se impone la rutina», dice Silvia Congost. Haz que no desaparezcan las cenas románticas y las escapadas.
Poner el sexo en segundo plano
No hay cuerpo que aguante la marcha de una relación cuando está empezando. Haces el amor todos los días, y no una vez, ¡sino varias! Pero luego viene la dejadez y llega la fase de la braguita de color carne. ¡No hay deseo sexual que lo resista! ¿Y aquellos mensajes subidos de tono que te enviaba él? Procura mantener un término medio. Si no, acabaréis siendo compañeros de piso.
Pensar que puedes cambiar a la otra persona
Los chicos siguen esperando que las chicas piensen y reaccionen como ellos, y nosotras, que ellos sientan como mujeres. Mientras tanto, decimos: «Ya cambiará». «Hay que aceptar al otro tal y como es y buscar puntos en común para seguir compartiendo risas –aconseja Patricia Ramírez–. Y bajar el nivel de susceptibilidad, porque no todo es una batalla». Sustituye la idea de que puedes modelarle a tu antojo por más sentido del humor.
No aceptar (bien) las críticas
«¿Cariño, me ves gorda con esta falda?». ¡Uf, esa es una pregunta de alto riesgo! Porque sí, los hombres deberían saber que no preguntamos de forma literal, sino para obtener apoyo. Pero ojo, si lo que quieres es que alabe tus virtudes, no plantees interrogantes que sean conflictivos.
Ser posesiva
Patricia Ramírez lo tiene claro: no hay peor aliado que los celos. Si uno de los dos os volvéis desconfiados, controladores y posesivos con todo lo que se mueve alrededor de vuestra pareja, tal vez no consigáis cargaros la relación, pero la intoxicación será de órdago.
Comportarte como una madre
Le planchas las camisas, organizas su agenda, preparas el almuerzo que se lleva a la oficina… ¡Sólo te falta darle de comer y ponerle hora para llegar a casa! Te darás cuenta de que el tema se te ha ido de las manos cuando te veas en la cama dirigiéndole como a un novato. Hay que comunicarse, pero no lo trates como si fuese tonto.
Malinterpretar sus mensajes
«Ahora mismo no me planteo tener hijos», te comenta, y tú lo traduces como «no quiero un proyecto más serio contigo». No te autoengañes, él no tiene dobleces. Escúchale y aparca la inseguridad.
No decir las cosas abiertamente
¿Él jamás hace la lista de la compra? ¿Crees que tú trabajas más en las tareas del hogar? Díselo claramente, pero sin montar dramas. Así no podrá decir que no se ha enterado. El entendimiento es clave para no fracasar.
Decir que sí a todo por miedo
Vas a comer todos los domingos a casa de sus padres a pesar de que te caen mal y pasáis las vacaciones con sus colegas, aunque tú preferirías que fueran diferentes. Y todo para evitar que se agobie y se vaya. Renunciar a tantas cosas te desgastará.
Quejarte ante los demás
No hay nada peor que desahogarse a la ligera de los problemas que tienes con tu pareja ante los amigos. Tú lo que quieres es que te den la razón, pero la solución está en vuestras manos, no en la de ellos.