La música triste produce una sensación cautivadora que podemos experimentar al escuchar canciones como Rosas de La Oreja de Van Gogh, Me duele amarte de Reik y Mientes tan bien de Sin Bandera.
Es un sentimiento que más allá de producir un disgusto, hace que nuestras emociones afloren de una manera sorprendente.
Por ese mismo motivo, estas interpretaciones siempre se destacarán como algunas de las melodías de mayor éxito entre las listas musicales.
Para conocer por qué nos gusta tanto la música triste y cuáles son sus efectos en la 98.5 conversamos con el psicólogo clínico, Julio César Carrasco.
«En relación a la música la clave estaría en la empatía en el proceso de catarsis. Lo que permite que lleguemos a sentir lo que otra persona está experimentando», afirma.
Y añade que «escuchar este tipo de melodías podría evocar una preocupación empática con aquellas personas con una fuerte disposición a esta característica personal».
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«La música constituye un estímulo afectivo para provocar respuestas emocionales que se ven reflejadas en cambios fisiológicos y cognitivos de lo que escuchan», señala Julio César Carrasco.
Asimismo, añade que son varios los especialista en música, neurociencia y psicología de la música, quienes se han adentrado en estas investigaciones. «Aún sin tener una respuesta formal definitiva, pero sí acercándose a un mayor conocimiento en relación a este tipo de fenómenos que existen entre la música y las emociones».
El especialista hace un especial hincapié en que «las personas sensibles y dispuestas a empatizar con la desgracia de otras personas se sienten más atraídas por la música triste. Porque de alguna manera se ven recompensadas por este proceso».
¿Pero por qué ocurre esto?
Julio César Carrasco explica a nuestro medio que hay varias hipótesis que indican que la recompensa podría ser un fenómeno bioquímico. «Todos hemos experimentado la sensación de alivio y calma después de llorar un rato. Nos sentimos a gusto, lo que se debe a un cóctel de sustancias químicas provocadas por el llanto y la pena».
«Una teoría reciente propone que incluso una tristeza falsa servirá para engañar a nuestro cuerpo y desencadenar una respuesta endocrina destinada a aliviar el dolor que implica una pérdida real», afirma el especialista.
Y comenta que «esta respuesta está provocada por hormonas como la oxitocina y la prolactina que en realidad despiertan en nosotros sentimientos de comodidad, ternura y hasta de placer».
De la misma forma, dice que puede ser un efecto principalmente psicológico. «Lo que permite sumergirse emocionalmente en la música triste porque están ejerciendo todo su repertorio de emociones de una manera que es gratificante en sí misma como la capacidad de comprender las emociones de los demás».
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«No hay que tener miedo a escuchar música triste»
Julio César Carrasco señala que un estudio alemán demostró que la música triste genera patrones de actividad y pensamientos introspectivos en nuestro cerebro.
«Los que podrían contribuir a potenciar las capacidades como la resolución de problemas, creatividad e incluso combatir enfermedades neuropsiquiátricas como la depresión». Aunque dichos estudios siguen en curso.
«No hay que tener miedo a escuchar música triste. Eventualmente permite que se experimenten divagaciones mentales que podrían ayudarte a resolver problemas de la vida cotidiana», manifiesta el especialista.
Sin embargo, sostiene que la divagación mental tiene un costo. Esto porque para poder divagar con la música triste es necesario desconectarse de lo que estás haciendo. Lo que te permite concentrarte en los pensamientos de tipo más introspectivo.
«La música provoca respuestas emocionales que se ven reflejadas en cambios que tienes tanto fisiológicas como cognitivas”, dice Julio César Carrasco, quien además tiene un máster en Psicoterapia Clínica.
Es importante señalar que los efectos de las melodías tristes son una temática de estudio común entre distintas disciplinas. Estas son la psicología de la música, la musicoterapia, la antropología de la música, la neuropsicología, entre otras.
Entonces, entender de qué manera un tema puede incidir en el estado de ánimo de las personas permite varias cosas. Entre ellas, contribuir al conocimiento sobre el efecto comportamental y creación de nuevas técnicas para regular emociones mediante la música.
El psicólogo clínico cerró su intervención con la radio de los dos, comentando que la canciones melancólicas pueden favorecer las emociones porque te ayuda a entender lo que está pasando y a dejar que fluyan. «Lo importante es buscar algo que te guste, te haga sentir bien y que puedas sentir la música».
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