A pesar de que la posición sexual donde la mujer está sobre su pareja es una de las más clásicas, para muchas es motivo de inseguridad debido a que sienten que no lo hacen lo suficientemente bien. Si bien en esta postura es la mujer quien tiene el control de la acción, a veces es difícil reconocer si está funcionando para ambos en la pareja, lo que hace que se vuelva realmente incómoda.
Para empezar, debemos considerar que cada cuerpo es distinto, y lo mismo sucede con las sensaciones: todos podemos experimentar cosas diferentes frente los mismos estímulos. Otro aspecto a tener en cuenta es la comunicación. Como en todo ámbito, conversar es clave. Así podemos entender qué le gusta al otro, en qué momento y reconocer movimientos que funcionan para ambos.
Por último, es fundamental entender que el orgasmo no debiese ser el fin último de una relación sexual. De hecho, según una encuesta de la Universidad de Indiana estos son menos frecuentes en mujeres que en hombres, ya que les cuesta más trabajo/tiempo alcanzarlo.
Consejos para disfrutar de esta posición sexual
Según la doctora Mónica Aranda, sexóloga clínica, una de las preguntas que más escucha en su consulta es cómo mejorar esta posición sexual, sobretodo para la mujer. “¿Cómo sé que lo estoy haciendo bien cuando estoy arriba? Cuando estoy arriba no sé si me muevo bien. Son preguntas que me hacen muchísimo, pero lo más importante que se debe tomar en cuenta deben saber tanto hombres como mujeres es la posición anatómica», explica.
La experta indica que cuando una mujer está sobre el hombre, la vulva está hacia abajo y entendiendo que el punto de mayor placer es el clítoris, es decir la parte visible ubicada en la parte superior de la abertura de la vagina, la palabra clave es bascular. «Se trata de mover la pelvis rítmicamente hacia adelante y hacia atrás. Ahora bien, el movimiento y ritmo lo dicta el placer. Puedes empezar con el movimiento de adelante y atrás, pero luego puedes hacer un movimiento redondeado o dar mayor intensidad», aconseja la doctora.
Pero a pesar de que es clave, no es solo el basculeo lo que debemos atender para lograr el placer. Otras cosas funcionan como complemento: el cabello suelto, el sudor, el perfume, los gemidos, y el ambiente. También, claro, la confianza que exista dentro de la pareja. Por esto la fórmula perfecta no existe, porque depende de las experiencias personales, cada cuerpo y cada contexto.
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