En el marco de la conmemoración del Día contra la Violencia de Género, fundación Avon junto a la ONG Amaranta levantaron una encuesta de consentimiento en Chile, que arrojó impactantes resultados.
En el análisis, en el que participaron 1.045 personas, demostró que un 68% de ellas marcaron un límite y otra persona no lo respetó. De hecho, se pudo detectar que los grupos que menos aceptan sus decisiones fueron sus parejas y amistades.
Esta idea se dio en la campaña «Si no hay SÍ es No» de Avon realizada con el motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género, en conjunto con ONG Amaranta, una encuesta sobre consentimiento en mujeres cis, trans y personas no binarias.
De las encuestadas, un 56% indicó que se sintió obligada a decir sí, cuando quiso decir no. ¿Alguna vez has pasado por alguna situación así?
«Muchas veces creemos que conocemos lo que es el consentimiento y que nuestro entorno también lo entiende, así también lo demuestra la encuesta. Sin embargo, existen muchos actos de los cuales no somos del todo conscientes que constituyen instancias que requieren de consentimiento», explicó Ana Inés Álvarez, desde fundación Avon.
«De acuerdo a nuestra encuesta un 53% aseguró que muchas veces aceptó una situación solo por presión. Esto demuestra que muchas veces no podemos fiarnos de la noción de consentimiento que existe en las personas porque este no siempre está bien abordado , ya que la única manera de constatar que hay consentimiento es con un sí», mencionó.
La culpa de las mujeres por decir «No»
Además, se evidenció que un 64% de las encuestadas señaló que se siente culpable cuando no tiene una excusa importante para negarse a algo. E incluso, un resultado impactante es que el 95%, es decir, la mayoría de las mujeres tuvo que mostrarse «fría»o «dura», para hacer valer sus límites.
«Cada persona tiene límites distintos y todo el mundo merece que se respeten los suyos. Lo que una persona consiente es sólo decisión suya, puede variar en el tiempo y es reversible», indicó Cecilia Ananías, directora de ONG Amaranta.
«Es importantísimo abordar el consentimiento en momentos que aún muchas personas no parecen entender sus implicancias, ya que el transgredir el consentimiento de otra persona constituye un acto violento y esto no ocurre solo en relaciones emocionales o sexuales», agregó.
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