Por Paula Hormazábal, psicóloga clínica especialista en psicoterapia femenina y temáticas de género.
Lo primero que debemos comprender es que la ansiedad radica en la preocupación excesiva hacia eventos futuros que son en la mayoría de los casos inexistentes. Ésta puede empezar o sentirse como una simple preocupación, o en los casos más severos puede convertirse en un síndrome que debe ser tratado con medicación. Ya que la preocupación, el nerviosismo, el estado de alerta constante y de manera desproporcionada, afecta gravemente en el quehacer diario de las personas.
La ansiedad se manifiesta en la incapacidad de poder realizar las actividades diarias. Asimismo se producen síntomas corporales que producen malestares físicos, tales como temblores, palpitaciones aceleradas, sudoración, cansancio, que debilitan a la persona que lo padece. En estos episodios también aparece el miedo que habitualmente acentúa el nerviosismo y la sensación de intranquilidad.
Es importante mencionar que hay distintos tipos de ansiedad: la ansiedad por separación, trastorno de ansiedad generalizada, fobias específicas, agorafobia, crisis de pánico, por mencionar algunas. Todos tienen en común los mismos síntomas y pueden manifestarse de una manera tan cotidiana que se transforman en hábitos que nos impiden poder vivir en plenitud el presente.
4 hábitos que generan ansiedad para que puedas identificarlos y evitar realizarlos para resguardar su salud emocional:
1-No realizar actividad física que estimule el movimiento
El realizar actividad física o practicar alguna disciplina nos sostiene a nivel emocional, mental, físico e incluso espiritual. Con el movimiento las endorfinas se reducen y nuestro cuerpo produce espontáneamente serotonina, un neurotransmisor muy relacionado con el control de las emociones y el estado de ánimo. Por ello es tan importante mantenerse activo.
2-Ser desorganizados y no hacernos cargo de cómo manejamos nuestro tiempo
Es primordial organizar y planificar nuestro tiempo porque es lo más valioso que tenemos. Si bien esto puede ser difícil, debido a todas las actividades que tenemos que cumplir diariamente, hacer una lista de actividades, donde planeamos nuestras metas y objetivos, nos ayudará a mantener un orden y una estructura que ayudará a bajar los niveles de ansiedad que genera la incertidumbre.
3-Sobrecargarnos con información negativa
Evidentemente es necesario para nosotros saber qué pasa en nuestro entorno. Pero debemos ser cuidadosos en elegir (de acuerdo con lo estamos viviendo) qué información nos favorece y cuál podría afectar nuestro estado de ánimo y salud mental. Por tanto aprender a filtrar será de gran utilidad, ya que cierta información muy negativa o estresante puede actuar como gatillantes a caer en círculos ansiosos.
4-Negarnos a generar vínculos de amistad e intercambio con otras personas
En este sentido, es importante entender que los seres humanos por naturaleza somos seres gregarios. Por lo que en el contacto con otros en círculos sociales, encontramos el desarrollo de nuestras propias habilidades, que no solo nos permitirán expresarnos sino que también amplían nuestra mente, nuestra autopercepción y el valor que tenemos en nuestro entorno. Por lo que aislarnos, no sostener vínculos ni contar con redes de apoyo, puede ser muy perjudicial para nosotros.
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