
A veces no alcanzamos a secarnos el pelo antes de acostarnos, una práctica que suele ser habitual y termina siendo muy dañina para tu salud capilar, según expertos.
Cuando el cabello está mojado, se vuelve más elástico y frágil debido a la apertura temporal de la cutícula (su capa externa). Esto lo hace más propenso a romperse, según lo que indican los profesionales.
La fricción de la almohada mientras se duerme puede intensificar el daño, especialmente si el cabello está húmedo ya que resiste menos tensión.
Dormir con el cabello húmedo, también puede generar el crecimiento de hongos en el cuero cabelludo. La humedad que queda entre la cabeza y la almohada es un ambiente propicio para la aparición de estos microorganismos.
Estos pueden producir caspa o dermatitis seborreica, una enfermedad que puede llegar a causar escamas, inflamación de la piel y caspa.
La exposición repetida a la humedad y la fricción pueden debilitar el cabello a largo plazo, especialmente si se combina con otros factores como tratamientos químicos y uso habitual de herramientas de calor.

¿Qué hacer para proteger la salud de nuestro cuero cabelludo?
- Secar las raíces: Si no puedes secar todo el cabello, entonces asegurar las raíces es esencial. Esta es la zona más expuesta al contacto con la almohada y donde se concentran hongos y bacterias. Como solución, puedes sumar a tu rutina el uso de una toalla de microfibra para absorber el exceso de humedad.
- Dejar el pelo suelto: Los expertos aseguran que tomarse el pelo cuando aún está mojado puede ejercer una fuerte tensión sobre los folículos pilosos e incrementar el riesgo de rotura. La presión persistente en el pelo puede derivar en caída o debilitamiento adicional del cabello, sobre todo en zonas como las sienes o la coronilla. Esto porque cuando el pelo está húmedo es cuando se encuentra en su estado más débil.
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