Dadas las actuales condiciones de teletrabajo y la exposición frente a el computador, académicos de la Universidad de Chile aconsejan el uso diario, hasta tres veces al día del protector solar.
Nuestras rutinas cambiaron de manera radical, tras la llegada del coronavirus. Muchas personas realizan sus actividades laborales desde sus casas, por lo que la exposición a las pantallas se ha incrementado.
¿Es perjudicial esto para nuestra piel?
Muchas personas creen que solo deben proteger su piel durante el verano. Pero los especialistas explican que es una forma equivocada de pensar.
La doctora Irene Araya, dermatóloga del Hospital Clínico Universidad de Chile, explica que es necesario protegerse la piel, ya que si bien, no estamos expuestos a rayos UV, si estamos expuestos a las luces LED y pantallas.
Envejecimiento digital, más daño acumulativo
La doctora explica que las pantallas pueden producir aparte de las ya conocidas manchas, en algunos tipos de pieles lo que se llama envejecimiento digital.
Esto se debe a que mete en la generación de colágeno, activando una enzima llamada metaloproteinasa que es la que rompe el colágeno.
Por otro lado, también esta exposición aumenta los radicales libres “que son como basuritas, que van circulando por la sangre, que es producto del metabolismo, entonces eso es lo que provoca daño y aumenta también la inflamación” agrega la doctora.
Es así como también los especialistas enfatizan que al estar frente una pantalla por muchas horas, puede que no se noten los daños al corto plazo.
Pero es posible que, en 10, 15 o 20 años más, si exista un daño acumulativo en el material genético de las células de la piel, lo cual puede hasta transformase en cáncer.
¿Cómo cuidar nuestra piel entonces?
Para protegernos en estos casos se aconseja aplicar bloqueador por lo menos tres veces al día, aunque estemos en nuestra casa, incluso si nos exponemos a estas pantallas de noche.
Cabe mencionar que la doctora también recuerda que durante los días fríos es necesario hidratar la piel, debido al uso de calefacción constante ante las bajas temperaturas.