Hace pocas semanas, el Desierto de Atacama era elegido entre las diez mejores regiones para visitar el año 2022, premio que nos hacía presumir esta maravilla debido a la moda desechable.
La agencia de fotografía AFP Photo publicó cuatro sorprendentes imágenes, del fotógrafo Martín Bernetti, donde se puede ver cómo el desierto de Atacama se ha llenado de ropa desechada que proviene del fast fashion.
Las tristes fotos en el desierto de Atacama que nos llaman a luchar contra la moda desechable
Lo que sucede en Iquique, en el norte de Chile, evidencia un fenómeno que ocurre en todo el mundo y que ha aumentado con el avance de las tendencias de moda.
Ropa que es diseñada en dudosas condiciones, con materiales de poca calidad, que suelen durar solo una temporada para luego ser desechados.
Es así como el desierto de Atacama se ha llenado de montañas de contaminación de ropa. Esto muestra un consumo desenfrenado y una industria en donde la rapidez de la confección es desastrosa para el medio ambiente y el cambio climático.
Estas prendas, que suelen ser diseñadas en Bangladesh o China, son revendidas en Chile luego de pasar por varios países. Tal como revela la agencia AFP, son 59.000 toneladas las que llegan cada año al puerto de Iquique, específicamente en la zona franca de Alto Hospicio. Prendas que luego terminan en el desierto de Atacama, entre rocas y tierra.
Alex Carreño, ex empleado de la zona de importación del puerto, le dijo a AFP que «esta ropa llega de todas partes del mundo». De hecho, de todo lo que llega, al menos 39.000 toneladas que no se pueden vender terminan en el desierto de Atacama desechadas.
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La grave contaminación que produce el fast fashion o moda desechable
Este concepto habla sobre la moda rápida, es decir, grandes cantidades de ropa que se confeccionan en un gran volumen, y que son marcadas por las tendencias del momento.
En el mercado suele ponerse altas cantidades de estas prendas, que adicionalmente, fomenta la compra entre los consumidores. El problema que se genera, es que esta ropa tiene un breve paso por las tiendas, que para tener un precio más económico, se prefieren materiales de mala calidad. Esto sumado al bajo costo en las personas que la fabrican y en condiciones precarias, produciéndose incluso explotación infantil.
Lamentablemente en la moda desechable, el tiempo de producción y de su degradación, es más alto del que las prendas pasan por el clóset de las personas. Esto porque este tipo de ropa se demora al menos 200 años en biodegradarse. Incluso es responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel mundial tal como confirmó la ONU en 2019.
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