A casi 20 años de la primera edición de los Copihue de Oro 2025, la premiación organizada por La Cuarta, donde el público elige a sus favoritos del mundo de la entretención y espectáculo, ha evolucionado con los tiempos. En los últimos años, la influencia de las redes sociales no solo ha sumado nuevas categorías ,como mejor instagramer y tiktoker, con personalidades como Naya Fácil y Turban Girl sino que también ha transformado la estética de la gala. Menos vestidos tradicionales, más personalidad y riesgo.
Es que las figuras más populares de las redes, si algo no tienen es miedo a mostrar su personalidad y experimentar, una actitud que ha contagiado al resto de rostros de la farándula y espectáculo nacional. Como resultado, la alfombra roja se ha convertido en un espacio de mayor diversidad y sorpresa, que genera conversación.
Naya Fácil’s Version
Con solo tres días para prepararse, Naya Fácil se robó las miradas en los Copihue de Oro 2025 con un vestido que muchos llamaron reputation dress, en referencia al disco de Taylor Swift, por su gran protagonista: una serpiente. Sin embargo, la influencer aclaró que su look era un guiño al Año Nuevo Chino, donde este animal será el símbolo del 2025.
El diseño, obra del chileno @Akabratty, consistía en un vestido negro aterciopelado con un escote corazón, mangas caídas, abertura en la pierna y guantes largos. Un look llamativo por sí solo, pero que alcanzó otro nivel con la serpiente plateada de acabado brillante que rodeaba su cuerpo desde la cadera hasta el cuello, funcionando como un híbrido entre tirante y collar.
El resultado: un outfit de impacto que dividió opiniones en redes, pero que sin duda cumplió con el objetivo de hacer ruido. Una apuesta arriesgada y viral en redes, en el que la influencer se mostró cómoda.
Turban Girl: el arte y la moda
Uno de los looks más esperados del evento fue el de Turban Girl, nominada a mejor instagramer. Fiel a su estilo maximalista, experimental y sin temor a la controversia, la creadora de contenido apostó por el diseño nacional, con un vestido que jugaba con texturas, contrastes y materiales.
El diseño, creado por la chilena @Turisssta, mezclaba una parte superior estructurada en tonos café de efecto cristalino y húmedo, que caía en una falda fluida de la misma tela. Perfectamente acompañado de accesorios de nada más y nada menos que vidrio: una pieza anatómica en la espalda, pulsera, anillos y aros transparentes, creados por The Glass Lab.
Para completar la estética, apostó por cabello platinado, maquillaje en tonos tierra y prótesis en los hombros, logrando un look futurista, desafiante y absolutamente único.
¿Moda urbana en una gala?
La moda no es exclusiva de un género, y la fidelidad a la identidad tampoco. Contardito, conocido por sus datos de streetwear, se mantuvo fiel a su esencia con un mix entre lo clásico y lo urbano.
¿El resultado? Camisa, corbata y mocasines combinados con jorts de mezclilla, un polerón boxy y lentes dosmileros. Un look relajado pero bien pensado, que demuestra que la moda de gala también puede tener un giro urbano.
Medieval y alta costura
La influencia de las redes también se dejó ver en Julia Fernandes, quien sorprendió con un look medieval con aires de alta costura.
La modelo y exchica reality brasileña apostó por un corsé metálico con arnés de pecho y una manga, que simulaban una armadura de caballero medieval. La rigidez de la pieza contrastaba con la falda larga de acabado sedoso, que aportaba fluidez y equilibrio a la silueta.
El look recordó a propuestas icónicas como el vestido de archivo de Mugler que Zendaya usó para el estreno de Dune 2 o la armadura de Chappell Roan en los VMAs 2024. Y ojo, porque si no lo sabías: el estilo medieval (castlecore) es tendencia este 2025. Julia lo entendió y lo llevó con total seguridad.
Experimentación sin miedo
Gala de los Copihues de Oro que nos dejaron outfits que puede que no sean del gusto de todos, y que desafíen la idea tradicional de lo que es una gala. Pero si algo nos recuerdan, es que la moda puede ser también un espacio de experimentación, expresión y diversión.
No todos podemos (o queremos) salir a la calle con un vestido de serpiente o una armadura, pero sí podemos atrevernos a explorar lo que nos hace sentir auténticos, desde una textura o color que no es habitual en nuestra ropa a más. Al final del día, lo más importante no es seguir tendencias, sino usar la moda como un reflejo de quiénes somos.
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