Ya conocen esa popular frase que seguramente te han repetido más de una vez: si nos sentimos bien por dentro, nos veremos bien por fuera. El clásico cliché que por lo general trata de convencerte de elegir un jugo verde antes que la hamburguesa. Bueno, esto no se aleja tanto de la realidad. De hecho, acorde a distintos estudios, y ya yéndonos a un extremo específico, la textura de tu piel (exterior) podría tener correlación directa con tu salud mental (interior). ¡Wow!
A ver, no nos adelantamos a explicar cosas complicadas. Primero, tratemos de descifrar ese vínculo que pareciera lejano: la piel y tu salud mental. Para esto, podemos ponerlo en términos sencillos, ¿qué pasa cuando sentimos vergüenza? Nos ponemos rojos. ¿Y si sentimos miedo? Ajá, se nos va el color cual Gasparín. ¿Y si nos emocionamos? Piel de gallina instantánea amiga. Todo está conectado, todo calza.
Entonces, en esta línea, ¿un cutis con acné podría ser resultado de alguna alteración en tu orden mental? ¿Y si tengo la piel sin brillo y pálida, también?
En FMDOS tenemos las respuestas.
Depresión y ansiedad = piel sin brillo, una correlación directa
Según la Asociación Española de Psiquiatría, un nivel de ansiedad elevado y persistente tiene efectos negativos sobre la piel. De hecho, Elisabeth Álvarez, master en Dermofarmacia y Formulación Cosmética, le explicó esto a Cosmopolitan de manera perfecta.
«(La ansiedad) disminuye nuestra función barrera, provoca deshidratación, inflamación, irritación, fragilidad y sensibilidad. También aumenta la producción de adrenalina y cortisol, haciendo que se desequilibre el funcionamiento de nuestro sistema hormonal, y a raíz de esto se pueden producir brotes de acné por una mayor producción de las glándulas sebáceas», señaló la profesional.
Así mismo, Álvarez recalca que la liberación de cortisol que produce esta condición puede tener efectos directos sobre el colágeno de la piel, aumentando la posibilidad del envejecimiento prematuro. Así mismo, la presencia constante de histamina (otra consecuencia de esta alteración mental) puede provocar otros tipos de brotes en el cutis, como la rosácea.
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A la inversa
Ahora, otra cosa un poco más complicada podría resultar al revés. A veces, la textura de nuestra piel no es de nuestro agrado, y por eso, podría generar problemas en nuestra salud mental. Lamentablemente, hoy en día se valora excesivamente la belleza de un cutis perfecto, y nada de lo que a una le digan podría cambiar esas prioridades.
Por eso, es aconsejable asistir a un dermatólogo si tu tez es algo que te comenzara a afectar el día a día. Así, podrás descifrar verdaderamente la raíz de alguna condición molesta y optar por soluciones adecuadas a ti.
Ante todo, cabe recordar que todos son especiales y bellos a su manera, y que una piel clara y prolija no garantiza realmente la calidad de persona que eres ni tu belleza. Ese es nuestro máximo tip FMDOS.