La ex chica reality Angélica Sepúlveda sorprendió a sus seguidores tras contar las verdaderas razones que la llevaron a realizarse un tratamiento estético. Entérate de todos los detalles ¡Aquí!
La ex participante de Mundos Opuestos, es bastante activa en redes sociales. Pues, normalmente suele compartir contenido de su vida privada con sus seguidores y seguidoras y esta vez no fue la excepción.
Por medio de sus redes sociales relató las verdaderas razones que la motivaron a realizarse un delicado procedimiento estético en su cara.
¿Qué se hizo Angélica?
La toxina botulínica (bótox) es usada popularmente para atenuar arrugas, pero su uso médico es muy amplio y con maravillosos resultados ( parálisis facial, bruxismo, depresión, sudoración….)», comenzó escribiendo Angélica Sepúlveda.
Para luego dar a conocer un complicado hecho del que fue protagonista. «Producto de un gran accidente que tuve quedé con parálisis facial en el lado derecho de mi cara, estuve años en rehabilitación con fisiatra, maxilofacial, kinesiólogo y donde me mandaban, hubo gran cambio, pero con el tiempo se hizo muy notoria la distonía de mi rostro, la verdad de a poco me fui acostumbrando a ello, solo las fotos me lo recordaban 🤭😃…», detalló. Puede mirar el registro ¡Aquí!
Posteriormente, la novia del galán turco les explicó a sus seguidores que tras leer sobre las propiedades que tenía la toxina botulínica, se dio cuenta que todos «los resultados eran asombrosos».
¿Cómo sigue la ex chica reality?
Angelica Sepúlveda, aprovechó de contar por medio de su cuenta de Instagram, que hace más de cuatro años se realiza este tratamiento estético, junto la doctora Karis Pereira, quien le inyectó bótox. Sin embargo, de inmediato aclaró. «Para muchos es una cuestión estética, para otros es una cosa que va más allá y genera confianza, seguridad y calidad de vida».
«Quise compartir esto con ustedes, porque es algo que a más de alguien le puede servir, es una experiencia que agradezco porque me trajo infinitos aprendizaje…», concluyó la ganadora de Granjeras.
