Este sábado se emitió un nuevo capítulo del exitoso programa culinario, ‘La Divina Comida‘, que tuvo entre sus invitadas a Paula Sharim y Soledad Pérez.
Junto a ellas, también estuvo el director de orquesta, Horacio Saavedra y el comediante, Zip Zup.
Entre varios notables momentos del programa, hubo uno que llamó la atención por la emotividad presente. Esto porque, la actriz, Soledad Pérez recordó una enternecedora anécdota con el padre de Paula Sharim, Nissim.
El sensible momento se vivió durante la cena en casa de Soledad, donde Paula, le regaló un cuadro de la primera obra de teatro profesional donde participó. Aquella significativa obra, llevaba por nombre ‘Nadie sabe para quién se enoja’.
Tras esto, Soledad comentó «Yo tengo un lazo con Paula, porque Nissim fue la persona que me trajo al teatro. Él me descubrió en un taller de Andrés Rillón de la Universidad Católica».
Además, la actriz comentó que su situación en ese tiempo, era compleja, ya que no podía seguir en el curso de teatro.
Esto porque los horarios del taller topaban con los de sus estudios de enfermería. Pese a esto, Soledad comentó que el día que iba a renunciar, conoció a Sharim y cambió de opinión.
Pérez, tras conocer a «su ídolo» y pese a que este no la habría mirado con muchas expectativas, decidió continuar en el mundo del teatro. Así, Nissim luego de verla improvisar, le ofreció el papel que cambió la vida de Soledad, según comentó en ‘La Divina Comida’.
Reconocimiento a Nissim
«Si hay algo que reconocer de Nissim es su generosidad. Lloré, porque creo que podría haber estado más tiempo entre nosotros» agregó Soledad. Quien además añadió que estaba agradecida del padre de Paula, porque él la había ayudado a encontrar su vocación.
«Lo que yo primero aprendí del teatro no lo aprendí en la escuela, Paula, lo aprendí de tu padre» agregó Pérez. Tras esto, al emoción de Paula Sharim se hizo notoria, y no pudo contener las lagrimas tras recordar el fallecimiento de su padre. Recordemos que el actor murió en 2017, a sus 88 años.
«Fue un hermoso homenaje. Nos une algo, que es el amor por el Teatro Ictus y la figura de mi padre, que yo no tenía claro que era tan importante para ella» concluyó Sharim.