Luis Jiménez y Coté López sacudieron el mundo de la farándula al anunciar que, tras 18 años juntos, habían decidido dar fin a su relación para siempre. Y es que, en junio de este año, la influencer aseguró que se encontraba separada definitivamente de su esposo. Levantando bastantes dudas sobre lo que iría a ocurrir entre ellos y sus 4 hijos en común: las trillizas, y su retoño menor.
Sin embargo, pese a que el futbolista no había emitido mucho comentario respecto al quiebre de su vínculo con la empresaria, en conversaciones con LUN aseguró que, pese a lo difícil que ha sido terminar su matrimonio, ambas figuras llevaban una relación de respeto y cordialidad.
«Las despedidas o separaciones son siempre difíciles«, aseguró el Mago. «En nuestro caso fueron casi dieciocho años juntos con María José. La verdad es que no ha sido nada fácil. Por suerte nos llevamos bien y tenemos una buena comunicación que hace que, dentro de todo lo difícil, ‘sea todo más llevadero», añadió.
Así mismo, el deportista afirmó que las conversaciones entre él y su expareja tienen que ver mayoritariamente con los niños por ahora. Sin embargo, «hay buena relación» entre los dos: «Sin duda fue y será la mujer más importante de mi vida. Pasé dieciocho años con ella y veo difícil llegar a tener una relación tan importante como la que tuvimos«, señaló.
Cómo se ha sanado Luis Jiménez desde su separación con Coté López
Pese a que Luis Jiménez sí ha tenido que sufrir las tristezas que trae una separación de este calibre, su entorno físico y emocional han sido de gran ayuda para fomentar su recuperación.
«Me estoy enfocando en mis hijos y en el trabajo. También estoy trabajando mucho en mí, tanto física como mental y espiritualmente«, comentó Luis. «Estoy en terapia sicológica hace ya mucho tiempo y cuento con el apoyo de mi familia, tal como lo he tenido durante toda mi vida en los momentos difíciles. Soy afortunado».
En esta línea, el futbolista es enfático en recalcar que, por otro lado, su rutina diaria tampoco ha cambiado radicalmente. Algo clave para su propio desarrollo personal tras el quiebre.
«Me cambié a un departamento más pequeño, pero aún veo a los niños todos los días. Se quedan conmigo entre tres y cuatro días a la semana. Voy a la oficina todos los días, retomé los entrenamientos… En realidad, mi rutina no ha cambiado mucho, la única diferencia es que ya no paso tiempo con María José y ya no vivo en la casa«, dijo.
«Lo más difícil (de separarse) es ver que tu proyecto de vida ya no se cumplirá, los objetivos y metas que tenían desaparecen y tienen que replantearse todo«, concluyó.