Es domingo y esto significa que un nuevo capitulo de la segunda temporada de Luis Miguel, la serie, llega a Netflix. y es que la mezcla de drama y romanticismo nos mantiene pendientes cada semana.
Esto ya que la historia del Sol de México se ve cada vez más interesante.
A continuación te dejamos una reseña publicada por Radio ADN, con todos los detalles del nuevo episodio de esta producción:
El mejor capitulo hasta ahora
Recordemos que a pesar de tener un comienzo irregular, y un tropezón con mucha cultura pop para disimular, el cuarto episodio de la bioserie de Luis Miguel se encumbra entre lo mejor que ha ofrecido la producción de Netflix. Mezclando todo eso que hace que, con más o menos ganas, hagamos el poco tradicional ejercicio de esperar cada capítulo, mirarlo apenas el reloj marca las 20:00 (en Chile), y, mientras lo vemos, googlear intensamente y comentarlo en redes sociales.
La excusa con la que llegamos a la mitad de la temporada es, además, una de las más grandes canciones del catálogo del Sol de México, y uno de los puntos más altos de su carrera, el disco Aries de 1993.
«Ayer» musicaliza lo que pasa en esta entrega, escrita por la venezolana Karin Valecillos, que tiene su punto de partida en un capricho de ‘Micky’ que desencadena todo tipo de aventuras. ¿La más importante?. Complementar la exigente grabación de un videoclip con sus deberes de padre, tratando de congraciarse con su hija.
De hecho, en la línea más cercana al presente, Luis Miguel también la busca e intenta una reconciliación.
Mientras otro capricho, que resultará ser algo más profundo e, incluso, cercano a nosotros, desencadena un terremoto en su oficina de representación, encendiendo las alarmas en su entorno más próximo. Mauricio y el “oportunista” José Pérez van a mostrarse acorralados y, según ya puede verse, lo que ocurrirá configurará una de las revelaciones más potentes que ofrecerá esta temporada: qué pasó con sus finanzas y cómo sus cercanos traicionaron su confianza.
Pequeños detalles
En cada rincón del episodio hay detalles sabrosos: vestuario, miradas, elementos de utilería, calcos de la realidad e información. Cosa que nos obligará a parar y buscar en Internet y símbolos que funcionan como pistas para lo que viene.
Cada personaje rodea va encontrando su lugar alrededor del Sol, con buenas actuaciones (no sé qué tan casual sea que, justamente, lo más bajo del cast -Juampa Zurita- no esté en este episodio) y con todos los aspectos técnicos y estéticos en un nivel superior, acorde a lo trepidante de los hechos.
De hecho, entre tanta acción, risas, ternura y sensualidad, hay aspectos clave ligados a los grandes afectos del Sol que, en esta cuarta entrega, aparecen para marcar que detrás de, probablemente, su versión más diva e insoportable, hay momentos de fragilidad y vulnerabilidad que lo acercan y lo humanizan.
Luego de “Ayer”, se disparan definitivamente los grandes puntos de interés de esta temporada, volviendo a tener la emoción y el melodrama como base de las acciones y de lo que puede suceder. De una buena vez, y como dice la canción, comprometieron el alma en esta entrega y una muy buena promesa quedó.
Reseña por: Rocío Novoa ADN Radio