La semana pasada, Rafael Araneda reveló el difícil momento personal por el que atraviesa, producto del delicado estado de salud de su madre, el cuál lo habría obligado a volver a Chile desde Estados Unidos.
“Estamos viviendo en familia un momento triste. Mi viejita se está apagando de a poquito (…) tuve el privilegio de estar aquí con ella, para hablarle y agradecerle y de sentirme orgulloso de ella por sus casi 94 años”, dijo el animador en Radio Pudahuel.
Además, Rafael Araneda reflexionó sobre aquella situación diciendo que “uno nunca está preparado pero no le podemos pedir más a ella aunque se aferra, nos da besitos, hasta nos tira tallas en sus momentos de más lucidez”.
El regreso de Rafael Araneda a la televisión
A pesar de todo, el deber llama. Y por lo mismo, ahora Rafael Araneda retomó sus labores en la conducción de «Enamorándonos», programa de la cadena Univisión en Estados Unidos; dónde fue él mismo quién decidió tomarse unos minutos para agradecer el cariño recibido.
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“La energía positiva que me han enviado la quiero agradecer. La madre es la madre y la posibilidad que me dio este equipo de estar con ella durante 8 días, la agradezco. Fue un momento extraordinario, de paz, tranquilidad, de mucho amor“, comenzó diciendo en «Enamorándonos».
Luego, explicó las dificultades de esta compleja situación, señalando que “fue un momento duro; despedirse de ella, tengo que confesar que no fue fácil. Muchas veces me había despedido de ella, porque ya tiene sus años y uno piensa que cuando se sube a un avión y emprende vuelo, quizá no la pueda ver más”.
“Pero esta despedida fue distinta, la hice con convicción, de que tengo todo el amor de ella, de una familia extraordinaria”, relató Rafael Araneda, para después dar cuenta de la “inexplicable” mejoría por la que pasa su madre.
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“Hace una semana la medicina decía que estaba apagándose y hoy el médico me dice ‘es inexplicable lo que pasa con ella. Quiere seguir seguir todavía brindándonos cariño, amor, aunque sea con ratitos de conexión'”, aseguró Araneda.
Por último, finalizó diciendo que “a sus casi 94 años, me dio un beso maravilloso. Y si yo, estando aquí, tiene que emprender el vuelo, ese vuelo sería uno maravilloso”, concluyó.
