Pedro Ruminot participó en el programa «Al piano con Lucho», donde habló abiertamente sobre la depresión endógena que lo ha afectado durante varios años.
En una íntima conversación, el querido humorista chileno compartió detalles de su historia de amor con Alison Mandel, la importante figura de su abuela en su vida y su difícil lucha por mantenerse con vida.
«Llevo en terapia como 15 años y sigo yendo… lo necesito y necesitaba sanarme de dolores, porque yo, además, yo no veo el dolor, o la pena o cosas malas que me pasan como algo, como un karma o algo que voy a andar por la vida diciendo ‘me pasó esto y yo estoy sufriendo’. Además, yo tengo depresión, siempre he tenido depresión«, expresó Pedro Ruminot en el programa de TV+.
En medio de su testimonio el comediante chileno expresó la importancia que Eduardo Bonvallet tuvo en su vida, especialmente durante su adolescencia y su lucha contra la depresión. Incluso, su influencia sigue presente en los días en que Pedro no se siente del todo bien.
“Me ayudó mucho en mi adolescencia, con este diagnóstico, Bonvallet, Eduardo Bonvallet, lo escuchaba todos los días, todos los días. Si hay una persona que le agradezco en la vida a Bonvallet. Me ponía los guantes en el colegio, ponía el audífono por acá y escuchaba el personal estéreo en esos años… lo escuchaba, y sentía que me sentía cada vez mejor. De hecho, cada vez que no me siento muy bien, lo pongo en YouTube y lo escucho«, agregó.
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Pedro Ruminot: su lucha diaria y cómo enfrenta la depresión
En su conversación con Lucho Jara, Pedro Ruminot compartió una profunda reflexión que revela su resiliencia y su firme determinación de no rendirse frente a la depresión.
Su mayor motivo para seguir adelante es, sin duda, evitar que sus hijos lo vean mal.
«Obviamente hay días malos, pero no, no estoy dispuesto a ceder ni a rendirme. Hay días que me levanto y estoy así, vamos, vamos, vamos, vamos», comentó.
«Cada día que me levanto digo ‘no, yo no me voy a rendir’. Si esto es una batalla diaria y con todo, con todo lo que es lo que significa ser yo, con mis problemas, mi historia, con mis penas, con mis alegrías, pero no estoy dispuesto a que mis niños me vean mal«, finalizó Pedro Ruminot.