Fue el 27 de julio cuando se produjo el trágico fallecimiento de Juanita Lira. Una conocida diseñadora gráfica e influencer chilena quien había sido diagnosticada con cáncer de mama a sus 22, y, a lo largo de 9 años más, continuó batallando arduamente con la enfermedad.
Hija del alcalde de Lo Barnechea, Cristóbal Lira, la joven hizo uso de sus redes sociales para expandir mayor conciencia de su condición, relatando su día a día y acumulando más de 250.000 seguidores. Así mismo, fue capaz de crear su propio emprendimiento: La Ruta Saludable. Un proyecto en el que la muchacha partió mostrando recetas sanas y se expandió hasta transformarse en un servicio de catering.
A casi un mes de su muerte, su esposo (José Pedro Aninat) la recuerda con tristeza, pero a la vez, con amor. «La pena es inmensa y parece crecer cada día, como una sombra que se alarga conforme pasa el tiempo«, señaló. Sin embargo, agradece la red de apoyo que creó al lado de su pareja a lo largo de sus 10 años juntos.
La gran historia de amor entre Juanita Lira y José Pedro Aninat
«Nuestra historia comenzó el 21 de junio del 2014, en lo que fue una cita a ciegas en el matrimonio de un amigo», partió explicando José Pedro en declaraciones con LUN. «Desde el momento en que vi a Juanita supe que había algo especial en ella. Captó la atención de todos con su energía contagiosa y su sonrisa que iluminaba la sala«.
«Lo que más me enamoró de ella fueron sus ganas de vivir, esa chispa que la hacía el alma de cualquier reunión. Era ella quien organizaba salidas con sus amigas y desordenaba con alegría los planes familiares. Ver felices a los demás era su mayor satisfacción, y eso fue algo que nos unió al principio: el placer de hacer sonreír a quienes amamos«, añadió con nostalgia.
El diagnóstico
Durante el año 2015, Juanita Lira fue diagnosticada con cáncer de mama. Una compleja batalla que luchó al lado de José Pedro, pero de la cual había salido exitosa. Sin embargo, a tan solo dos años del «alta» y mientras celebraban su luna de miel, la joven comenzó a quedarse sin aire y muy agotada rápidamente.
Ambos volaron de vuelta a Santiago a hacer los exámenes correspondientes, pero nadie esperaba el resultado: el cáncer había vuelto, y ahora, le impregnaba los huesos y los pulmones.
«En ese instante todo cambió radicalmente«, explicó Aninat. «Recién casados, nuestras preocupaciones normales fueron reemplazadas por una nueva realidad: la dependencia de los tratamientos médicos y la constante incertidumbre sobre el futuro«, agregó.
No fue un proceso para nada sencillo, sin embargo, José ve su recorrido con Juanita en otra luz: «Puedo decir que llegué a ser la mejor versión de mí mismo. Me esforcé al máximo para que Juanita viera la vida con alegría… Para que sonriera, para que fuera feliz, a pesar de todo lo que teníamos en contra. Y sin su fuerza y determinación, no hubiera sido lo mismo. Creo que lo mismo se aplicaba al revés: Fuimos un equipo, inseparables, enfrentando lo imposible y, en muchos casos, logrando lo imposible«, aseguró.
Las enseñanzas que le quedaron
«Juanita me dejó innumerables enseñanzas, pero la que más me marcó y que se convirtió en nuestra marca conjunta (iHope), es el poder de la esperanza«, afirmó José Pedro Aninat con LUN. «Vivir con esperanza es su mayor legado, algo que ella encarnó de manera extraordinaria. Siempre creyó que todo iba a salir bien y se aferraba a esa esperanza con una determinación que nunca dejó de sorprenderme«.
«Ver a una persona, cuyo cuerpo estaba siendo invadido por el cáncer, sonreír con una luz que irradiaba paz y serenidad es algo indescriptible… Lo llevo conmigo cada día«, dijo.
Sin embargo, hay un mensaje en particular que escribió Juanita que a su esposo le gustaría compartir. «Quizás no podemos cambiar esas adversidades o circunstancias difíciles que nos presenta la vida, pero sí podemos cambiar la actitud con la que las enfrentamos y vivimos. Y a mí me gusta hacerlo con mi pedacito de esperanza«, recalcó.