Todos podemos recordar al Señor de la Querencia, teleserie de TVN, como una de las más icónicas de los últimos tiempos de la televisión chilena. Hoy, luego de su remake transmitido por las pantallas de Mega, sigue dando de qué hablar.
De hecho, el actor y director de teatro, Álvaro Espinoza, conversó sobre su participación por la teleserie durante una entrevista con ChileActores. Recordemos que el primer capítulo de El Señor de la Querencia fue sacado al aire durante el 2008, donde el actor tuvo la oportunidad de dar vida al recordado personaje de Buenaventura.
Los desafíos de Álvaro Espinoza en El Señor de la Querencia
En el encuentro, Espinoza contó detalles acerca de cómo fue la construcción de su personaje y de los desafíos que tuvo que pasar para llegar a ser el Buenaventura que todos conocemos.
«El Señor de la Querencia es bien particular para mí, en mi experiencia, por varias razones«, comenzó explicando. «Era alguien muy pequeño inicialmente, un servidor. Entonces, yo entendí que el personaje, a diferencia de otros que son más importantes, tenía que entenderse al verlo. El público tenía que inventarle una historia«, comentó.
«Además, en la historia soy el lacayo y esclavo, a tal nivel que Echeñique es dueño de mi mujer, de mi hija, soy una propiedad de otro«, agregó Espinoza.
Recordemos que el personaje de Buenaventura, como es sabido, era uno de los criados de José Luis Echeñique -el protagonista de la teleserie, interpretado por Julio Milostich– y tenía permitido vivir con su esposa, María Pradenas (Patricia López).
«Con esta premisa, yo dije ‘este personaje es formal y kinético, con voz y movimientos característicos, una construcción», comentó. En este sentido, añadió que «tenía que buscar elementos que lo justificaran en ese sentido. Pero no quería ser un hombre tonto, sino que realmente ignorante, pobre, alcohólico, totalmente sometido, estructurado. Realmente un esclavo«.
La validación de Buenaventura en El Señor de la Querencia
Tras esto, Álvaro confesó que interpretar a este personaje no fue nada fácil: «Me costó mucho validar ese personaje, fue una lucha constante«, mencionando también que creía que «los directores tenían mucho nervio de lo que podía pasar con ese ‘mono’. Me empujaban todo el rato para que yo, ojalá, hablara normal. Pero yo tenía una intuición súper fuerte. Yo sabía que iba bien y tenía a mi equipo«.
Y la verdad, es que no se equivocaba, porque hasta el día de hoy su personaje en El Señor de la Querencia es justamente reconocido por eso. «En el set, entendía que todo el mundo estaba con Buenaventura. Si a la gente que trabaja conmigo le entra el personaje, lo disfruta, se conmueve y se ríe, listo. Para mí, esa es la proyección de lo que puede pasar con el público. El personaje funcionaba», finalizó el actor nacional.