
Máximo Menem Bolocco fue diagnosticado con cáncer cuando tenía 14 años, en 2018. Tras repetidas visitas al doctor por dolores de cabeza, en una ocasión su madre pidió que le hicieran un examen y le descubrieron un tumor en la parte frontal del cerebro. El diagnóstico: Glioblastoma, un tumor que se forma a partir de un tejido del encéfalo y la médula espinal.
Por eso, Cecilia Bolocco decidió crear la Fundación CARE (Cáncer, Acceso, Red y Esperanza), para así ayudar a las familias que estén atravesando por una situación similar.

"No es que agradezca lo que me pasó, pero sí me cambió la perspectiva de la vida. Yo, cada día que me despierto, doy gracias de estar acá, de tener a mi familia y amigos sanos. Agradezco poder caminar, correr, ver, oler", cuenta Máximo Menem Bolocco al recordar el proceso de diagnóstico.
El joven de 21 años decidió asumir un rol activo como miembro del consejo asesor y vocero juvenil en cáncer y salud. "Cuando te dan este diagnóstico, nadie sabe qué hacer. Entonces ahí está la fundación para básicamente orientar a la gente", declara.
"Cada año se diagnostican alrededor de 60.000 nuevos casos, de los cuales 31.000 fallecen dentro de los primeros cinco años. La misión de la fundación es ayudar a que todo paciente oncológico logre llegar a tiempo a su enfermedad. El cáncer, si se detecta a tiempo, es muy probable que se ataque y que se cure", explica.
El nuevo rol de Máximo Menem Bolocco
Los controles del hijo de Cecilia Bolocco son una vez al año. Desde su nuevo rol en la fundación, espera difundir datos, según detalla en conversación con LUN. El joven da un ejemplo: "En el cáncer pediátrico siempre hay 12 síntomas. Bueno, en mi caso, sentí dolor de cabeza en la zona de atrás de los ojos, pero sólo en la mañana. Fui a la clínica diez veces, me decían que era migraña y de vuelta a la casa".
"Imagínate, mi mamá sabía que me cargaba ir al colegio. Me dolía la cabeza sólo en la mañana y en la tarde llegaba a la casa feliz. Hasta que un día, después de vomitar en la mañana, estaba en la clínica y me iban a mandar de vuelta a la casa. Mi mamá dijo: 'es la décima vez que venimos, háganle un examen'", prosigue.
"Ahí me apareció un tumor del porte de una pelota de tenis en la cabeza. La idea es entregar estas capacitaciones (de los doce síntomas) a colegios y centros de salud. No hay nada que me guste más que ayudar y también necesitamos la ayuda de otros", comenta.
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