Este sábado se estrenó un nuevo episodio de La divina comida. Los invitados de esta ocasión fueron Pablo Herrera, Kika Silva, Franco El Gorila y Carolina Julio.
La tercera noche estuvo a cargo de Franco El Gorila. Para esto, comenzó con «La divina jugada«, una suerte de comodín que tienen los participantes para lograr mejorar sus calificaciones al final de la noche. Su jugada consistió en la presentación de Bray On, un artista que integra el sello del puertorriqueño, Full Metal Enterprise.
Luego, continuaron la ronda de entrega de regalos. La primera fue Kika Silva, quien le regaló una polera con el nombre del artista y unos guantes de boxeo al centro.
«A mí me gusta el boxeo. Me gustan varios deportes igual. De chamaco, mi papá y mi mamá me inculcaron deportes. Ahora estoy gordito, se me olvidó», dijo el cantante.
El artista puertorriqueño prosiguió: «En el pueblo de Trujillo Alto hay un gimnasio y era un lugar que te daba la oportunidad de ir a entrenar. La disciplina era fundamental».
El pasado de Franco El Gorila
Luego, tocó el turno de Carola Julio, quién le regaló una foto de su padre. Al verla, el artista se quebró.
«No sé ni qué decirte. No pude compartir mucho con mi papá. Pero, lo poco que ví, fue grande. Me marcó como un hombre», comentó.
Carola Julio se levantó para darle un abrazo al artista.
«Es bonito. Casi nunca hablo de esto. Llevo más de veinte años haciendo lo que hago y este tema no lo toco por esto (por su emoción). Es bonito también expresar», expresó.
El cantante ahondó en lo mucho que lo marcó su padre: «Lo poco que pude compartir con mi papá aprendí mucho. Fueron doce años de mi vida que compartí. Gracias a esos doce años aprendí a ser persona, a ser hombre».
«Nunca vi que mi papá maltratara a mi mamá. Nunca vi que mi papá le faltara el respeto a mi mamá. Al contrario. A él no le molestaba fregar la loza, limpiar el piso, cocinar. Aprendí a cocinar de él», explicó.
Por último, fue el turno de Pablo Herrera, quien le regaló dos letreros: Uno con la inscripción «Calle 5» y otro que decía «Calle 13».
«Yo vivía en la calle 5, C3, urbanización El Conquistador. Cuando crecí y pude comprar mi casa, tener mis cosas, decidí volver a mis raíces, donde crecí. Y me mudé a la calle 13. De casualidad, René «Residente» es de allí, de la misma calle. Jugamos béisbol juntos«, mencionó el artista.
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