El ex futbolista nacional, Jorge «Kike» Acuña, brindó una reciente entrevista en la que habló del problema que tuvo con el excesivo consumo de alcohol. En sus propias palabras, el deportista indicó que lo «estaba matando», y llegó un día en el que decidió dejar de consumirlo.
Las declaraciones de Kike Acuña llegaron en la jornada de este viernes de Más Vivi que Nunca, el programa conducido por Vivi Kreutzberger. En su extensa entrevista, la cual puedes visualizar a continuación, lanzó una importante confesión sobre su vida privada y los excesos en su carrera.
La cruda confesión de Kike Acuña:
Durante la charla que tuvo en el programa de TV+, Kike Acuña comentó que alejarse de su madre, para emprender su carrera, le afectó muchísimo: “Lo pasé pésimo, de alguna forma pudo haber gatillado que toda esa pena que habría tenido cuando era más joven, quería tapar eso, pues cuando bebía olvidaba todo”.
En este contexto, continuó explicando: “Me sentía un superhéroe y no me daba cuenta de que me estaba matando. Siempre he dicho que jugué muchos partidos importantes, pero hoy el partido más relevante lo estoy jugando afuera. Llevo limpio cinco años y para mí ese es el triunfo más grande de toda mi vida”, recalcó.
En un momento de la charla, Kike Acuña lanzó una importante reflexión y retrospectiva sobre su pasado: “Le hice mucho daño a la gente que me rodeaba, sobre todo a mi familia, me encerré en una burbuja donde me creía inmortal y se alejaron”.
Por otra parte, ejemplificó cuál era el miedo que tenía su madre, cuando él era más joven: “Mi mamá me mandaba mensajes y me escribía ‘hijo, ¿estás vivo?’, ese era el temor de ella, que la llamaran en la mañana para decirle que estaba muerto, y estuve cerca, porque desperté encima del tronco de un árbol mientras unos carabineros me golpeaban la ventana del auto y yo estaba metido ahí, nunca me di cuenta”.
¿En qué momento dejó el alcohol?
El alcohol le trajo problemas de salud: “Me estaba matando, pues estaba exactamente igual, no cambiaba”. Por ello, llegó un momento en el que lo dejó por completo. “Estaba con mi mamá tomando, y yo me estaba muriendo, no me salía nada, me sentía débil, con ganas de vomitar, me dolía la cabeza, caminaba y tiritaba», contextualizó.
Luego, reveló: «Entonces le dijo ‘sabes, voy a ir a la botillería de la esquina para comprar dos packs de cervezas, uno para mí y otro para ti, y desde mañana no tomo más’, y se puso a reír”. Finalmente, narró: “Yo le pregunté por qué se reía y me dijo ‘pero si me lo has dicho tantas veces’, y le respondí ‘pero mamita, si nunca te lo había dicho, tú me preguntabas si iba a dejar de tomar, pero hoy te lo digo, no tomo más’”.
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