Por estos días, Kenita Larraín, se encuentra alejada de la vida mediática, aún así asombró a sus fanáticos al revelar cómo fue participar en dos programas de TV en época de pandemia y como esto la marcó desde un aspecto más personal.
La modelo fue parte de dos apuestas de Chilevisión entre 2020 y 2021, siendo estás La Máscara y El Discípulo del Chef.
En está línea, Kenita Larraín conversó con Página 7, donde estuvo agradeciendo a la estación televisiva por considerarla para distintos proyectos.“Tenemos muy linda relación entre el canal y yo. Siempre me invitan a sus nuevos proyectos”.
Sobre sus metas personales, explicó que “estoy dedicada a la numerología y constelaciones familiares, haciendo talleres. Estoy muy contenta con este nuevo proyecto que se dio en pandemia y es espectacular”.
Asimismo, Kenita Larraín confesó que las personas que participan en sus talleres, la motivan porque están muy contentos con su trabajo.
¿Cómo ha sido para Kenita Larraín formar parte de espacios de TV?
En el caso de La Máscara, contó que dicho programa “logró sacar en mí esa Kenita cabra chica que fue dispuesta a jugar, a pasarlo bien, reírse y así fue, lo disfruté y lo pasé increíble. No sé si se acuerdan, pero me gustan los disfraces y esa instancia fue maravillosa porque mi niña interna estaba feliz”.
No obstante, cuando formó parte del espacio culinario, El Discípulo del Chef lo disfrutó de una forma más madura. “Venía de varios episodios familiares complejos y de alguna forma, la primera temporada fue una terapia. Asimismo, aprender a cocinar bien fue enriquecedor y también me lo lloré todo, porque estaba haciendo una gran limpieza interior, después de venir de duelos y lágrimas”.
Luego hizo hincapié en que “hace un poco más de un mes tuve a toda mi familia hospitalizada, todos graves. Me incluyo. Y además dentro de la clínica me enteré ahí que estaba embarazada y tuve una pérdida”.
Kenita Larraín finalizó su intervención con el medio antes citado, dejando en claro que su paso por el programa de cocina fue todo una terapia para ella. “Aprendí a cocinar cosas que jamás hubiera imaginado, de mi ídolo Sergi. Así que La Máscara lo disfrutó mi niña interior y El Discípulo lo hizo María Eugenia adulta”.
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