Hace una semana, el hijo de Macarena Tondreau, Gianpiero Sampieri, reveló por medio de sus redes sociales que le pidió matrimonio a su polola Valentina.
Lo anterior fue celebrado por la actriz y animadora, quien en la publicación de su retoño les dedicó una tiernas palabras a la pareja recién comprometida.
«Felicitaciones mis niños hermosos. Les deseo todo el éxito del mundo. Se vienen muchas etapas maravillosas en sus vidas, y ahí estaremos para disfrutar con ustedes cada una de ellas. Los amo», fue el mensaje de Macarena Tondreau.
Además, después ella misma en su cuenta de Instagram publicó una foto de los jóvenes para celebrar su amor y desearles lo mejor en todo lo que se viene por delante.
Los detalles de la pedida de mano de Gianpiero Sampieri
Y este miércoles, en conversación con LUN, el subgerente de marketing de 27 años y su mamá revelaron cómo fue la propuesta.
«Quería hacerlo en Año Nuevo, pero no me aguanté. Me entregaron el anilloo el lunes (13) y casi se lo digo sin querer, así que llamé a mi mamá y le dije que lo haría al día siguiente», contó el hijo de Macarena Tondreau.
Después la intérprete le reveló al medio la emoción de su retoño al recibir el anillo. «Apenas fue a buscar el anillo, decidió pedirle matrimonio a la Vale porque estaba con toda la ansiedad», confesó.
Gianpiero Sampieri también dijo cuál era el diseño del anillo que eligió para su novia. «Quería algo muy específico: un solitario, pero también el signo infinito, y lo conseguí».
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Sobre cómo fue la propuesta de matrimonio, el hijo de Macarena Tondreau reveló que «esparcí pétalos de rosas en el centro del living. Porque justamente ahora no tenemos comedor. Preparé un risotto de zapallo y camarones, junto a una sangría».
Luego agregó que mientras conversaban sobre su relación «me arrodillé y le pregunté si se quería casar conmigo».
Sin embargo la pareja de Gianpiero Sampieri al principio no le creyó, porque «pensó que era una broma hasta que le mostré el anillo y ahí ambos nos pusimos a llorar por harto rato».
Hasta ahí todo fue muy romántico, pero después de la pedida de mano sufrieron un pequeño percance. «Nuestra perrita (…) se subió a la mesa de centro y estaba comiendo lo que quedaba en los platos. Pero también había velas y se le quemó un poquito pelo».