¡Puro amor! En honor al cumpleaños 38 de Jorge Valdivia, Daniela Aránguiz realizó una locura y se tatúo el nombre de su esposo en su brazo.
La decisión la pensó mucho tras realizarse su primer tatuaje a los 18 años en su abdomen. Tal como cuenta para LUN, rápidamente se arrepintió del diseño y decidió borrarlo con láser. Juró nunca más tatuarse, hasta que el amor la llevó a cambiar de decisión.
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El lindo tatuaje de Daniela Aránguiz en honor a Jorge Valdivia
Tras tener una romántica cena de cumpleaños, Daniela decidió sorprender a su marido mostrándole el delicado diseño que se hizo y el que dice «Jorge» junto a un corazón.
«Cuando lo vio, pensó que era mentira, que me lo había escrito con un lápiz. Pero después cachó que tenía un parche y que era en serio. ¡Le encantó, no se lo esperaba! Es una demostración de amor», dijo la esposa del Mago Valdivia a Lun.
Si bien se borró un tatuaje, Daniela Aránguiz se animó a sumar cuatro más, un diseño que comparte con su hermana, su signo zodiacal, el nombre de Jorge Valdivia y el nombre de sus hijos acompañados de un infinito.
Aunque entregarse a las manos de su tatuador la llevó a revisar bien los diseños que realiza Fran, el profesional encargado de plasmar todas sus ideas en su piel.
«Nunca me había hecho un tatuaje de otra persona, pero es que llevo 17 años con él. Para mí no hay otro hombre en mi vida. Sé que uno es esclavo de sus palabras, pero por lo menos lo que siento en el presente es que no me imagino con otra persona», terminó de explicar Daniela Aránguiz sobre su decisión de llevar el nombre del Mago Valdivia.
El tatuaje que llevó a Daniela Aránguiz a borrarlo de su piel
Para LUN, la ex bailarina de Mekano contó que el diseño que se tatuó en aquella época fue un tribal, muy de moda en ese tiempo. Al verlo, su mamá aseguró que se lo iba a borrar con una piedra pómez y que se había «embarrado la vida».
Así Daniela Aránguiz explica que su diseño siempre estuvo vinculado con la culpa, sobre todo porque el diseño estaba en su abdomen. «Me gustó un tiempo, pero con el embarazo se deformó. Nunca más se vio igual, parecía desgastado. Obviamente, la guata se expande y luego vuelve a lo que era, por lo que el tatuaje queda feo».
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