
Daniel Fuenzalida fue el nuevo entrevistado que tuvo “Car-Curo”, el programa de Pedro Carcuro que se transmite por 24 Horas de TVN.
En la charla, el animador de Ahora Caigo se sinceró y recordó los difíciles momentos que le han tocado vivir en su vida.
La confesión de Daniel Fuenzalida
“Mi carrera fue muy rápida, vino como ser conocido, era chico, me gustaba mucho la fiesta, iba a los eventos, me pagaban por eso y ahí me fui perdiendo, me fui confundiendo”, comenzó contextualizando.
Luego, Daniel Fuenzalida agregó: “Cuando yo después analizaba y decía ‘puta que la cagué’ porque todos los panelistas que habían sido míos en Extra Jóvenes, eran número uno en sus canales, por ejemplo Martín Cárcamo fue quien yo le di la opción de estar en el programa, Julián Elfenbein, Sergio Lagos. Todos estaban arriba y yo me quedé en la cuneta mirando”.
“Cuando uno cae en la droga, en alcohol, es muy jodido. Es una enfermedad y uno no lo logra ver, uno es poco receptivo. Te va consumiendo todo eso, te va ahogando, te va matando”, añadió sobre la vez que estuvo muy mal en términos de salud.

Daniel Fuenzalida recuerda cuando dormía en la calle
En medio de la conversación con Pedro Carcuro, Daniel recordó la vez que estuvo durmiendo en un cerro tras enterarse que su exesposa se fue de su casa.
“Estuve botado en el cerro, en Av. Perú. Fueron dos veces que dormí en la calle, una fue cuando a mi me van a internar y yo dije ‘ok me quiero internar en tal clínica’, pero es tanta la locura de esto y es tanto lo que el cuerpo pide que yo antes de internarme inventé una cosa que iba a dejar mi auto al taller… Uno no puede luchar contra esto, y de repente hay momentos lúcidos donde uno dice ‘no quiero más pero te pide más’”, expresó el comunicador.
También, sorprendió a Carcuro al revelar que estuvo a punto de atentar contra su vida: “Bueno, yo pensaba que me iba a morir con muchas taquicardias, una vez también tuve un intento de quitarme la vida”.
“Me acuerdo que un fin de semana -yo vivía con mis papás, estaba separado- y mis papás estaban en Viña, yo estaba solo y no podía más… Estaba todo el sábado consumiendo y yo dije no quiero más, ya no quiero más, no quiero existir más, le estoy haciendo daño a todo el mundo, no quiero que mi hija viva esto. Entonces fui y di el gas de la cocina... pero no estaba abierta la llave de paso”, recordó Daniel con lágrimas en sus ojos.
