Clarisa Muñoz contó una divertida anécdota que vivió y que pudo mantener como un entretenido momento al ser advertida que estaba tratando con un estafador.
Y es que la periodista de Aquí Somos Todos se enfrentó a un delincuente, luego de que una amiga de un grupo de periodistas por WhatsApp, le advirtiera que le habían hackeado el teléfono.
Tal como contó Clarisa Muñoz a LUN, su amiga les advirtió que probablemente les podían hablar haciéndose pasar por ella para pedirles plata. Un momento que a los pocos instantes de ser advertida, vivió la periodista.
Así controló la estafa Clarisa Muñoz
«A los cinco minutos que mi amiga mandó el mensaje, me llegó otro en WhatsApp de otro teléfono, pero con la foto de mi amiga. El delincuente se equivocó de entrada cuando me habló», explicó la periodista a LUN.
Clarisa Muñoz le siguió el juego al estafador y le dio el apodo con el cual llama a su amiga, lo que dio paso a que el delincuente se sintiera en confianza. Así este se excusó de tener un número nuevo y le pidió a la periodista que lo guardara.
Y si bien la comunicadora sabía que estaba frente a un estafador, estaba dispuesta a seguir con la conversación. «Estaba esperando que me pidiera plata y así mismo ocurrió. Me pidió 200 lucas para depositar en otra cuenta, con otro nombre y rut, porque no podía transferir hasta la media noche».
La reportera de Aquí Somos Todos le insistió al estafador que se hacía pagar por su amiga, que le depositaría más de 200 mil pesos, ya que ellas mantenían una deuda. En ese minuto junto a unos amigos buscaron un voucher de depósito en Google y modificaron los datos para hacerlo creíble, poniendo la cifra de un millón de pesos.
«No me creyó y me dijo que cómo hacía algo así tan falso. Y yo, ‘te pasaste, mira quién lo dice’. Dijo que me había demorado mucho en hacer la supuesta transferencia», contó al diario.
Después de estar harto rato hablando con el estafador, Clarisa Muñoz le dijo a él que era PDI y le envió la dirección que arrojaba el nombre y rut de la persona a quien pedían el depósito, hasta que la conversación quedó inconclusa.
«Uno sabe cómo identificar a estos gallos, pero alguien con menos acceso a la tecnología cae en estas estafas. A mi me gusta tratar de joderlos un rato, molestarlos y que pierdan el tiempo», concluyó Clarisa Muñoz a LUN.
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