Es un hecho de que los animadores del Festival de Viña cada año están en el ojo del huracán. Como sabemos, cada noche son susceptibles a ser criticados por la audiencia y los cibernautas. Y justamente, la animadora de televisión, Carolina de Moras, no fue la excepción.
A pesar de que ahora está dedicada a las redes sociales, de Moras aprovechó su paso por el podcast de moda de Eugenia Lemos, «Dale Color», para confesar que su conducción del certamen viñamarino no fue del todo color de rosa.
La animadora aprovechó de apuntar a los prejuicios que ha tenido que pasar a lo largo de su carrera. «Siempre se me han puesto perchas, así como no es que es muy linda, es que ella era modelo y etiquetas que me desafiaron a trabajar más duro, a ser mejor profesional, a prepárame mucho más”, comentó.
Recordemos que Carolina de Moras estuvo a cargo de la animación del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar entre los años 2014 y 2018. En aquella oportunidad, compartió escenario con su compañero de canal, Rafael Araneda, entre los años 2014 y 2018.
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Los prejuicios que tuvo que enfrentar Carolina de Moras
La argentina, Eugenia Lemos empezó preguntándole acerca de cómo fue su experiencia como animadora del Festival de Viña. Ante esto, Carola contestó que “a mí me ha costado mucho en este medio, porque han sido súper injustos conmigo y no es que estoy llorando ahora, no», dijo.
“No es que fui al Festival de Viña y me voy a preocupar sólo de la ropa, voy hacer lo que yo sé hacer que es verme bien, pero también voy a sacar lo mejor de mí, que es mi talento comunicacional», manifestó de Moras.
Además, añadió el enorme trabajo que tuvo que realizar antes de poder pararse en el escenario de la Quinta Vergara. «Trabajé con la Maitén Montenegro, con Claudia Berger, con una fonoaudióloga y con un periodista. Te mueres como trabajé, clases de teatro, clases de danza, llegaba a llorar (…) la Maitén Montenegro me hacía llorar de las situaciones incómodas que pasé para poder sobreponerme a momentos difíciles”, mencionó.
“Lo más difícil para mí fueron los prejuicios, porque mi primer año, si tú te acuerdas bien habían opinólogos que hablaban, programas de televisión que apostaban, ‘ella es pésima’, ‘lo hace pésimo’», confesó.
«Comentaristas mujeres que decían ‘¡ay!, pero qué vergüenza la Carola de Moras, yo fuera su hija me muero de vergüenza de que sea mi madre’ (…) Te trataban de demonizar de una forma que era tremendo. Me acuerdo de muchos de ellos, están todos perdonados por supuesto”, bromeó.
Sin embargo no todo fue sufrimiento. Carolina de Moras al final de su conversación contó también que su relación con «El Monstruo» el último año se hizo más fácil y que hasta el día de hoy tiene guardados sus vestidos. “Tengo todos los vestidos guardados en unas cajitas. Se los pasé a Pato Moreno, los tiene todos guardados, solamente porque en mi casa ya no hay espacio”, concluyó.