Amaya Forch actualmente se encuentra en Temuco, Región de la Araucanía, debido a nuevos proyectos. Así que aprovechando la ocasión, ha recorrido algunas partes de la ciudad.
Así se ha podido ver en la cuenta de Instagram de la actriz, donde ha compartido con sus más de 300 mil seguidores algunas fotografías de los lugares que ha visitado.
Aunque se nota que está pasando un buen momento, una mala experiencia arruinó el ánimo de Amaya Forch, lo que dio a conocer en una funa que publicó en sus historias.
Y es que según contó la exparticipante de The Covers, fue a un conocido restaurante de la zona, donde recibió un mal trato por parte de algunos de los trabajadores.
La funa de Amaya Forch a restaurante
De acuerdo a lo que contó en la red social, cuando llegó al local tuvieron un problema con la máquina para leer el pase de movilidad. Y lo anterior provocó la molestia de la persona que la atendió.
«Y fuimos. Debo decir que el trato es MUY MALO. Llegué sola. Al pasarle mi carnet, la señora se dio cuenta que su lector del pase de movilidad no funcionaba. Me pidió foto de la página de mis vacunas, foto que no tengo, pa qué. Me miró feo y fue muuuuy pesada y cortante», comenzó relatando Amaya Forch.
«No me miró más. Estaba en frente de ella, estorbándole supongo. El problema lo tenía ella, sin embargo nos trató de ‘personas con poco entendimiento’ cuando el señor a mi lado le insistió en que lo dejara pasar porque la máquina mala era de ellos. No nos miraba, nos hablaba desde un lugar muy alto, muy poco empática», reveló.
Luego Amaya Forch señaló que intentando buscar una solución, «a los pocos minutos le pedí que intentara de nuevo, yo llevaba una hora caminando, quería sentarme a almorzar. Probó y la máquina funcionó. Alguna reacción o semi sonrisa? Nada. Frialdad absoluta. Nos dejó pasar a todos quienes nos tenía afuera».
«Al sentarme en la mesa de a cuatro a esperar al resto, nuevamente casi retándome, me preguntaron si estaba sola, por lo grande de la mesa, claro. Les pedí que fueran más amables, por fa. Que yo solo venía a pasar un rato agradable y que era mi primera vez. Les sonreí con la esperanza de ser contagiosa, pero no», añadió.
Por último, Amaya Forch contó que a sus acompañantes les ocurrió lo mismo: «Al llegar Ángelo sucedió lo mismo y así con Eduardo. Eduardo tuvo que hacer el medio trámite en el celular para que lo dejaran pasar. Por qué tan mal trato? Todo se puede hacer y decir de buena manera».
Además, en otra historia señaló que «la comida es rica, es cierto, pero no vale la pena el mal rato. No lo disfrutamos. Queríamos comer rápido e irnos. Una lástima».
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