El gran podcast de la moda de la animadora Eugenia Lemos no ha tenido tanto éxito en vano. Siendo un confortable espacio en donde cada invitado podrá abrirse de la forma más natural posible, la conductora ha logrado destacar con la presencia de distintos famosos del mundo del espectáculo chileno que han marcado sus transmisiones. Y, esta vez, le tocaba a Jordi Castell.
Durante su paso por el último episodio del programa, el fotógrafo comenzó a revelar distintas particularidades de su vida íntima que llevaron por sorpresa a todos. Entre estas, el horrible hostigamiento del que fue víctima al crecer. Algo que, si bien señala que «nunca se dejó afectar», no deja de ser un aspecto que marcó su juventud, pero que ante el cual utilizó la mejor herramienta de combate: la moda.
Según recuerda Castell, siempre sintió un afán especial por la vestimenta (tanto ajena como propia). Al punto en que acumula un montón de anécdotas, como por ejemplo, con su abuela que lo ayudaba a entallar prendas para que quepan en su estilo. O, por otra parte, su extravagante fiesta de los quince.
«Siempre fui muy raro», afirmó el comunicador. «Siempre me importó mucho mi apariencia. En Talca, salía a la 1 Sur, la calle del comercio, vestido como si fuera a una fiesta, aunque fueran las 4 de la tarde».
«A los 14 años para mí, Vivienne Westwood fue el gran referente. Me acuerdo que cuando cumplí 15 años, mi mamá me permitió hacer una fiesta y yo agarré un cloro, manché todos los blue jeans, los tijeretié, les puse una cadena y me pinté con tempera unos mechones azules -acá (en el pelo)-. Quería vestirme punky para mi fiesta de 15, en dictadura en el año ‘81«, continuó con una sonrisa.
El bullying que atormentó a Jordi Castell
Pese a la gran alegría que le traía su amor por la ropa, este ámbito no fue algo fácil de atravesar y admitir. Especialmente porque, durante una gran parte de su vida, Jordi Castell fue víctima de un importante bullying que lo caracterizó por años. Sin embargo, señala que no le dio importancia.
«Agradezco al universo por haber podido aguantar todo el bullying que me hicieron por ser homosexual», aseguró Castell. «Me gritaban cosas horribles por ser homosexual, pero nunca me afectó. Hoy lo veo como una fortaleza. Me importaba mucho más cómo me veía», finalizó.
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