El sábado 24 de agosto, en un nuevo capítulo de La Divina Comida, el actor chileno Francisco Pérez-Bannen fue uno de los cuatro participantes. En este, profundizó sobre sus primeros acercamientos con el teatro.
En la instancia, confesó que estos se encontraban muy distantes a ser amor por el arte, ya que más bien era su oportunidad para estar con otras personas que no fueran sus compañeros, debido a que teatro era el único taller mixto.
Durante su turno, Pérez-Bannen reveló cómo hizo para estudiar teatro, ya que él había ingresado a estudiar una carrera completamente contraria al mundo actoral, derecho.
El duro paso de las leyes a la actuación
En conversación con los demás integrantes del capítulo: Wilma González, Valentina Saini y Sergi Arola. El intérprete detalló cómo fueron sus primeros alcances con las obras de teatro, que no estuvieron marcados por el amor al arte.
«Estuve en unos talleres de teatro en el colegio, pero me metí esencialmente, porque mi colegio era de puros hombres, y era el único taller en el colegio que se hacía mixto con chicas del colegio de al frente», partió revelando.
En este sentido, confesó que a pesar de participar en diferentes obras, «la verdad no me llamó la atención tanto, estaba mucho más preocupado de estar con las chiquillas, y eso era una experiencia demasiado nueva, después de estar con 45 peludos durante toda la vida».
Más tarde, Francisco ingresó a la universidad a estudiar Derecho, buscando mantener el legado de su padre. Pero este no sería el lugar donde se sentiría cómodo. «Pasando a tercero me estaba pudriendo», confesó el actor.
Pérez-Bannen comentó que fue una dura decisión cambiar de carrera, que incluso su madre años más tarde le confesaría que lloraba por las noches tras el cambio.
«Yo me lancé, lo hice igual, pero más en ese minuto con la idea de la dirección más que de la actuación, ser actor me fue agarrando después (…) Me fue yendo bien, fui entendiendo el oficio, lo fui queriendo también, lo fui amando, me fui enamorando«, cerró el actor.