Francisca Merino, Raquel Argandoña, Karim Bianchi y Marcelo «Rambo» Ramírez fueron los invitados al último episodio de La Divina Comida. La segunda noche estuvo a cargo de la ex panelista de SQP, quien, aparte de mostrar rincones de su casa, desclasificó diversos detalles de su vida privada.
Sobre este tema, Raquel Argandoña le consultó por su acercamiento a la espiritualidad y al budismo.
«Cuando a uno le pasa algo fuerte y doloroso, entra en el victimismo. En todo caso, yo siempre fui muy espiritual. De hecho, empecé a conocer la meditación a los 17 años. He ido cinco veces a la India. Y de verdad, volvía renovada. Volvía físicamente muy bonita», comenzó diciendo Francisca Merino, aludiendo a la estafa de la que fue víctima en medio del caso Factop.
Recordemos que la actriz presentó una querella en 2016 en contra de Sergio Jalaff y Mario Dabed, quienes eran amigos de su exmarido Claudio Labbé.
La intérprete de Cathy Winter en Adrenalina también recordó su época como panelista de farándula: «Después que me casé, tuve una flojera espiritual. No quise meditar ni leer ni nada. Me dediqué a ser mamá y sabía que el entretenerse hablando del otro es un karma. Pero trabajar en eso, llegar todas las mañanas a escuchar esas situaciones, a mí me bajaba la frecuencia. Y habían muchas veces que llegaba muy angustiada a mi casa. Angustiada de la nada, con fantasmas internos».
«Duré siete años en SQP. Éramos un equipo súper unido», dijo Merino.
La nueva faceta de Pancha Merino
Argandoña le mencionó que luego se mantuvo alrededor de tres años fuera de las pantallas, a lo que la actriz respondió que estuvo volcada a realizar proyectos personales.
«Me dediqué a mis redes sociales. Me fue cien veces mejor. Y me puse a hacer entrevistas los domingos de todo lo que tiene que ver con el mundo holístico, de sanación, de crecimiento emocional y espiritual», comentó Merino.
«Y eso me llevó a estudiar cuál era mi propósito en mi vida. Mi nuevo propósito, porque yo cuando era chica quise ser actriz no para ser famosa. Quería expresarme con libertad. Después, en la época de SQP quería hacer humor, reírme de mi misma. Pero ya, en esta época, no me quería ni reír de la gente ni de mi misma. Quería sanarme. Y ese es mi objetivo hoy, comunicar para sanar», finalizó Francisca Merino.
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