El amor siempre le fue esquivo a Lady Di, una especie de karma que la acompañó durante su vida. Por más que tratara de encontrarlo desde las más diversas perspectivas, se le iba de las manos y de su zona de control.
A 20 años del fatal accidente donde falleció, en el nuevo número de revista «Cosas», que se lanza este viernes, prepararon un especial donde repasaron los distintos momentos de sus vida, desde cuando el príncipe Carlos, considerado un soltero codiciado en ese entonces, llegó a su casa en Althorp para ver a su hermana, Lady Sarah Spencer, y se fijó en Diana por primera vez.
Al poco tiempo, el 29 de julio de 1981, con 20 años recién cumplidos, Diana ingresó a la Catedral de Saint Paul paracasarse con él (de 33), vestida con un vaporoso diseño de Elizabeth y David Emanuel.
Esa fue considerada la boda del siglo XX, siendo televisada a más de 750 millones de personas vía satélite en todas partes del mundo. En esa misma ceremonia, estaba como invitada Camilla Parker Bowles, la amante de Carlos, a la que Diana había conocido antes y de la que sentía profundas sospechas. Dirigió su mirada hacia la izquierda, y ahí estaba la que muy pronto sería su rival.
Una madre que rompía esquemas
Luego vino el nacimiento de sus hijos, William y Harry, a quienes intentó educar de la forma más normal posible. Junto a Carlos, no dudaban en besarlos y abrazarlos, saliéndose de todo protocolo.
«Era muy informal y realmente disfrutó de la risa y la diversión (…) Comprendió que había una vida real fuera de las paredes del palacio. Era nuestra mejor mamá. Sigue siendo nuestra mamá. Y, por supuesto, como hijo diría que era la mejor madre del mundo. Nos reprendía con amor, eso es seguro«, relató Harry años después de su muerte.
Su estilo único
Diana se convirtió en un ícono de moda, por el estilo refinado que logró cultivar con los años. Pasó de ser una mujer discreta a ser un verdadero símbolo de libertad e independencia.
En Kensington, tenía dos clóset y un walking clóset. Como su fama creció, tuvo que dejar de salir a comprar ropa, por lo que su estilista era el encargado de esta labor.
En cuanto a su maquillaje y peinado, lo hacía por lo general lo hacía ella misma. Las excepciones eran eventos especiales donde recurría a su amigo y peluquero Sam McKnight y su maquilladora Mary Greenwell.
El triste final
Pero lo que parecía un cuento de hadas, era en verdad todo lo opuesto. Ella vivía en la soledad. Y que tuvo un trágico final el 31 de agosto de 1997. Ese día Diana sufrió un accidente automovilístico bajo el Puente del Alma de Paris, junto al protagonista de su última historia de amor -y para algunos casi futuro marido- el millonario egipsio y heredero de Harrods, Dodi Al-Fayed.
En el especial de revista «Cosas», también abordan su legado tras su muerte, su estilo y mucho más. Recuerda que desde mañana estará disponible en todos los puntos de venta.