El concepto de Trastorno Afectivo Estacional (TAE) fue creado en los años 80s, para referirse a un tipo de depresión mayor, caracterizado por presentarse de forma anual, al comienzo o durante el invierno y que resulta más debilitante que los estados melancólicos que muchos podemos sentir en esta época del año.
Hoy en día muchas personas pueden ser diagnosticadas con este nuevo «trastorno» y otros muchos se llena los bolsillos con los tratamientos, que generalmente incluyen fármacos, terapia y/o terapia de exposición a la luz. Para esta última, se usan artefactos similares a los solariums. Sin embargo, estudios recientes cuestionan la existencia de este trastorno. Actualmente no existe consenso en la comunidad científica al respecto.
Culturalmente existe la tendencia a asociar el invierno con la melancolía y lo triste, y cuando un día esta nublado o lluvioso, decimos que esta feo. Si hay sol decimos que esta bonito. Evidentemente, estas creencias pueden influir en cómo nos sentimos y como interpretamos un día nublado o uno de sol radiante. Sin embargo, en los estudios científicos recientes, no se encontraron asociaciones entre la depresión y la estación del año, la latitud, una combinación de ambos o la exposición a la luz solar.
Si existe un cuadro depresivo, independientemente de la estación del año, generalmente se ve afectada la esfera sexual. La falta de energía, la dificultad para disfrutar de actividades que usualmente son placenteras, los sentimientos de minusvalía, tristeza y des-esperanza entre otros, no son muy amigos del sexo. Por otro lado, los pacientes que reciben tratamientos farmacológicos para la depresión, en la gran mayoría de los casos, ven efectos secundarios no deseados en su vida sexual.
No hay evidencia concluyente de como las estaciones del año inciden en la vida sexual. Los datos son difíciles de obtener y los que existen, se usan para sacar conclusiones poco rigurosas. Por ejemplo, concluir que el deseo sexual aumenta en verano, ya que hay más búsquedas de la palabra sexo en google, etc. en este caso, puede que el deseo no cambie, pero que en el verano muchos salgan de vacaciones y tengan más tiempo libre para buscar sexo en google. Por lo general, es más importante el contexto individual que la estación del año.
Por ejemplo, si una pareja de amantes que recién se conoce, que se gustan mucho y que están inundados de dopamina, en plena etapa de enamoramiento, lo más probable es que tendrán momentos de sexo intenso, independiente de si afuera llueve o el sol quema.
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Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
Síguelo en su cuenta de Twitter: @rodrigojarpa
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