¡Que alguien nos explique! Con toda esta vuelta en gloria y majestad de los ochenta (que a su vez las importó de los sesentas), vuelven accesorios ícono de la época que aunque nos recuerden tiempos entretenidos desde el punto de vista visual, nos complican al momento de llevarlo a la práctica.
¿Son las botas blancas para todas?
- Vamos a la fuente primero: Hicieron una tímida aparición hace una temporada en las calles, acompañando el look de las más arriesgadas. Las clásicas tienen la punta redondeada, tacos geométricos grandes y se extienden no más allá de los tobillos.
- Las botas blancas presentan un desafío parecido a las prendas en rosado millenial: Mal combinadas pueden parecer más kitsch de lo que quisiéramos. La clave entonces, es estar conscientes de que se trata de un elemento wow dentro de cualquier look. Que nos queda entones? morigerarlas con prendas más clásicas y urbanas.
- El primer resguardo de las botas es visual: Inevitablemente acortarán piernas por tratarse de un color vibrante que casi en todos los casos provocará contraste. Pero acá va el mejor antídoto! a zapatos que acortan las piernas por llegar hasta los tobillos, es mejor elegir la versión ajustada a la pierna (para no darle más grosor a la zona) y terminados en punta, para dar un efecto de pie alargado.
- Superado el primer obstáculo: Te cuento que estas botitas son mejores amigas de blazer y pantalones con inspiración clásica o para las más trendy, con prendas inspiradas en la sastrería masculina. Le darán un toque más formal y urbano.
- Si eres arriesgada y amas los ochentas: Este botín será un buen compañero de faldas plisadas con movimiento, faldas lápiz envueltas o como acompañamiento de otros accesorios que dejen clara una intención vintage, como un buen par de lentes de sol inspirados en la época.