Las diferencias, los conflictos o pasar por buenos y malos momentos parece ser algo común a la inmensa mayoría de las relaciones de pareja. Pero, ¿Cuánto es mucho? ¿Cuánto es poco? ¿Qué es lo esperable?
Generalmente, cuando existe violencia física, resulta evidente la toxicidad de una relación. Sin embargo, existen otras dinámicas tremendamente dañinas, que se minimizan o normalizan y que pueden dar cuenta de una relación igualmente TÓXICA.
Estas se caracterizan por la falta de apoyo mutuo, la intención de “ganarle” al otro cuando hay conflictos, la competitividad y las faltas de respeto. Son psicológica y/o físicamente dañinas para uno o ambos.
Estas son algunas características de una relación toxica:
Infelicidad crónica
Comienzo por aclarar que las relaciones no necesariamente implican felicidad crónica asegurada. Sin embargo, si mi vínculo ya no me trae alegrías o bienestar, sino más que nada tristeza, rabia o angustia, es muy probable que algo huela mal.
Celos y control
Esto se puede manifestar en el control sobre que hace el otro, con quien se junta, cuanto dinero gasta y en que lo hace, la ropa y manera de “arreglarse”, etc.
Es frecuente pedir acceso a claves/contraseñas y con o sin ellas, invadir la privacidad de las redes sociales, correos, etc.
También se evidencia en el tomar decisiones por el otro sin considerar su opinión o incluso sabiendo que lo que se dictamina no es de su agrado.
Las señales de los otros
Si tus amistades, tu terapeuta, personas de tu familia y/o seres queridos te han dicho más de alguna vez que estás en una relación tóxica, puede que algo estén percibiendo, que seria bueno atender. Si lo anterior se acompaña con tu propia duda —que varía en intensidad durante el tiempo— de que puede que tengan razón, es muy probable que la tengan.
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Sexo tóxico
Cuando existe manipulación o la presión para que el otro haga algo que no quiere, estamos frente a alta toxina. En este punto cabe el uso del sexo como premio o castigo, el no respetar y validar las necesidades del otro, los comentarios y comparaciones con otras parejas (como agresión directa o buscando que el otro haga algo que no quiere), etc.
Marchitamiento
Las relaciones positivas se caracterizan por potenciarse el uno al otro y por el florecimiento de las personas. La toxicidad por su parte corroe la autoestima, no respeta los valores y los sueños vitales, apaga y aísla a las personas. Las marchita, pero no siempre las mata.
Si quieres saber más sobre el tema escucha “Cómplices, Los Dos” todos los jueves a las 20:00 horas.
Rodrigo Jarpa es Magíster en Psicología Clínica, Doctor en Sexualidad Humana. Fundador & Docente, Academia de Psicología & Bienestar. Miembro de la American Association of Sexuality Educators, Counselors and Therapists.
Síguelo en su cuenta de Twitter: @rodrigojarpa
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